Los organizadores de una carrera regulan los atascos por primera vez

Las principales avenidas de la ciudad estuvieron durante la mañana de ayer colapsadas por el paso de los 1.400 corredores que participaron en la segunda edición de los 20 Kilómetros de Madrid. La carrera estrenó un nuevo sistema para controlar los cruces más peligrosos: 300 jóvenes voluntarios recibieron una señal vial para dirigir el tráfico y aguantar el ímpetu de los vehículos que quedaron atrapados en el atasco.La prueba, que se inició a las once de la mañana frente al estadio Santiago Bernabéu, originó grandes retenciones en la Castellana, Santa Engracia, Luchana, Alberto Aguilera y Princesa. En los puntos más conflictivos los automovilistas no respetaron las señales e increparon a los voluntarios que detenían a los coches. Algunos de estos jóvenes señalaron al devolver la señal que la experiencia había sido nefasta.

La organización aclaró que se utilizó este método porque el Ayuntamiento les aseguró que tan sólo disponían de 35 agentes, un número insuficiente para esta carrera.

Un portavoz de la Policía Municipal afirmó que no se registró ningún incidente durante la carrera y que 40 agentes regularon los cruces más conflictivos del recorrido.