Los clubes se comprometen a impedir los viajes de ultras
Los clubes de fútbol de Primera y Segunda División se comprometieron a impedir los desplazamientos de los grupos ultras ante el director general de Política Interior y presidente de la Comisión Nacional contra la Violencia, Fernando Puig de la Bellacasa, en una reunión mantenida en la sede de la Liga Profesional a la que también asistieron el director general de Deportes, Rafael Cortés Elvira, y el subdirector general de la Policía, Agustín Linares.Puig de la Bellacasa arrancó de la Liga la redacción de las medidas precisas en un documento que será entregado a la comisión antiviolencia. "En las gerencias de los clubes existen los instrumentos para que no se faciliten entradas a estos grupos. No es difícil ni una novedad. La UEFA hace tiempo que impuso estos controles en las competiciones europeas", señaló.
El presidente de la comisión consideró "prioritario" para el Ministerio del Interior "reducir a la mínima expresión" los colectivos ultras por considerarlos focos de violencia urbana que han trascendido lo meramente deportivo: "De forma paulatina los clubes deben asumir su responsabilidad. Si esto sigue como hasta ahora, el Parlamento demandará otras medidas. Estamos convencidos de que ninguna, entidad financia a los ultras, pero el fenómeno se les ha ido de las manos". Puig de la Bellacasa recordó que la vigilancia de los gamberros supone un gasto para el estado de 1.000 millones anuales y el empleo de muchos efectivos policiales.
Antonio Baró, dimitido presidente de la Liga, prometió la colaboración del citado organismo
no nos vamos a lavar las manos", pero matizó: "Tenemos responsabilidad sobre lo que sucede en los estadios, pero no fuera de ellos. No sabría decir ahora cuánto aporta el fútbol al país en lo que a dinero, horas de ocio y puestos de trabajo se refiere. Tal vez mucho más que los 1.000 millones de que habla el presidente de la comisión".
Joan Gaspart ofreció una postura comedida sobre el problema -"tenemos que sentarnos a hablar con estos grupos para que también repudien la violencia"- que contrastó con la de Jesús Gil, mucho más escéptico ante las exigencias del Ministerio del Interior y del Consejo Superior de Deportes. "No se trata de que vengan a darnos la bronca en plan paternalista. Es fácil hacer demagogia con este tema. ¿Cómo puedo impedir yo que una señorita compre un entrada y se la regale a su novio ultra?", se interrogó.
Gil añadió: "Yo, como presidente de club, no puedo ser responsable de lo que haga un señor en un estadio o fuera de él. No me presto al discursito de que los culpables de todo somos los presidentes. El problema de la violencia es producto de la incapacidad del gobierno. Los clubes vamos a colaborar, pero no nos convertiremos en chivos expiatorios".
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