Metafísica de la flor
Una exposición de 'ikebana' celebra 20 años de arte floral en España
"Un camino de flores en la búsqueda del propio mundo interior". Ésta es la definición de ikebana (el arte floral japonés), en palabras de Masako Ishibashi, que lleva 20 años enseñando en España esta mezcla de religión, filosofía y jardinería que expresa mejor que cualquier otra manifestación artística la filosofía de la fugacidad de la vida. Para celebrar el aniversario de su llegada a Madrid, Masako ha montado una exposición de estas esculturas florales elaboradas por 20 de sus alumnas y algunos de sus maestros bajo el lema Mensaje floral para la paz y la armonía.
El ikebana fue en principio un acto religioso que tenía por objeto la ofrenda a la divinidad. Cuando los antepasados de Masako querían dialogar con los seres superiores utilizaban las flores como mediadoras. "Están bajo la misma lógica de vida que nosotros", explica Masako. "Nacen, mueren y tienen una vida fugaz. El ikebana es el arte que mejor refleja la filosofía de la fugacidad de la vida". Masako cuenta que en Japón se considera extraoficialmente a la flor del cerezo como la flor nacional: vive plenamente cinco días y luego cae.Lo importante en el ikebana no es la obra en sí, ni su belleza, sino lo que uno siente mientras dialoga con las flores. "En ese diálogo se intenta conseguir relajación, concentración, desahogo y expresión de los sentimientos que uno lleva dentro", explica Masako.
Armonía del mundo
La obra floral debe ser una representación del universo: sus tres alturas fundamentales se corresponden con el cielo, el hombre y la Tierra. Todo lo que hay en el cielo da energía a la Tierra, la Tierra recibe la energía y alimenta a los seres vivos, manteniéndose así la armonía del mundo.Masako es la representante en España de la escuela Ishu, una de las muchas (no sabría decir cuántas exactamente) que hay en Japón. La enorme variedad de nombres que puede tomar la obra de ikebana depende más de la forma del florero (plano y con base de pinchos o alto en forma de vaso) que de la clase de material vegetal utilizado. En España es más dificil encontrar ramas con flor en las tiendas, pero últimamente se están importando de Japón.
Las ramas forman el esqueleto de la composición, aunque también puede utilizarse una única clase de flor. Normalmente, todo el material es fresco y natural.
El maestro de la escuela Ishu Ichiba Ashida, que ha venido de Tokio para esta exposición, da forma con sus dedos a los codos de una rama de almendro sin que tiemble un solo pétalo. A pesar de que Masako insiste en que la idea de la fugacidad empapa el ikebana, ha bautizado con el nombre de Eternidad la composición más importante de la muestra. La lógica japonesa afirma la eterna fugacidad de la vida, y Masako, la coquetería transcultural de algunas mujeres. No quiere confesar sus años: "Las flores no tienen edad".
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