Cinco millones de votantes carecen de representación
Con el 40% de los votos en la primera vuelta, la coalición de derechas que forman la Agrupación para la República y la Unión para la Democracia Francesa ha conseguido el 85% de los escaños de la Asamblea Nacional; el partido comunista, con el 9% de los votos en la primera vuelta, ha obtenido grupo parlamentario propio, mientras que el Frente Nacional, con el 12,5% del electorado, más de tres millones de votantes, no tendrá ninguna representación en la Asamblea, lo mismo que los dos millones de votos verdes.
Este argumento, repetido machaconamente por los dirigentes de la extrema derecha, arroja un poco de luz sobre las limitaciones del sistema electoral mayoritario a doble vuelta, aunque no empana el triunfo del centro-derecha, que consiguió mayoría absoluta en la primera vuelta con el sistema proporcional.
El sistema mayoritario a doble vuelta significa que los candidatos que no consiguen la mayoría absoluta en su circunscripción en la primera votación, pero alcanzan el apoyo del 12,5% del censo pasan a una segunda vuelta en la que gana el candidato más votado. Este sistema tiende a agrupar el voto en los partidos y coaliciones y facilita la formación de mayorías parlamentarias, pero castiga a las minorías y a las fuerzas políticas que no consiguen forjar alianzas con otros grupos.
Al gusto conservador
La adopción de un sistema electoral proporcional estuvo en manos de la mayoría socialista derrotada, y forma parte de los agravios que una parte del Partido Socialista tiene contra Michel Rocard, quien se negó a regresar a él cuando era primer ministro.
El sistema mayoritario a doble vuelta siempre ha sido defendido por la derecha tradicional, que dibujó, cuando Charles Pasqua era ministro del Interior, las 577 circunscripciones en las que está dividida Francia.
El movimiento ecologista con cerca de dos millones de votantes en la primera vuelta, es la otra gran fuerza política que tampoco estará representada en el Parlamento. La suma de estos dos millones más los tres millones de la extrema derecha hace que cinco millones de franceses, casi el 20% de los votantes de la primera vuelta, no tengan representación parlamentaria.
La nueva mayoría es consciente de que su actual hegemonía, 484 en una Cámara de 577, se basa, en parte, en las ventajas que le ha aportado el sistema mayoritario a doble vuelta. Pero, como advierten algunos analistas, una victoria tan abrumadora puede convertirse en un arma de doble filo.
Ya hay voces, dentro de la nueva mayoría, que hablan de introducir correcciones en el sistema mayoritario a doble vuelta para evitar desviaciones que al final perjudican al sistema democrático.
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