Condenado por desertor un joven que se libró de la "mili" por deficiente mental

La Sala de lo Militar del Tribunal Supremo ha condenado a tres meses y un día de cárcel, como autor de un delito de deserción, a un soldado, de nombre Fernando, que fue excluido del servicio militar "por padecer un déficit intelectual medio con trastornos de conducta" y que, posteriormente, ha sido declarado minusválido en un 65% por un equipo técnico facultativo de Burgos. La sentencia del Supremo, fechada el 23 de junio del año pasado, aplica al joven la "eximente incompleta de enajenación mental" pero no lo absuelve, por considerar que "sólo los grados más intensos de oligofrenia, que se corresponden con coeficientes de inteligencia de hasta un 25 o 50%, pueden servir de base para una exención total de responsabilidad criminal".

El tribunal considera que el hecho de que un joven sea excluido del servicio militar, tras la incorporación al mismo, no le exime del delito de deserción cometido durante su estancia en filas, a pesar de que este delito no habría podido cometerlo si el examen médico se le hubiera practicado antes de iniciar la mili.

El soldado, que cumplía el servicio militar en un regimiento de artillería de la Región Pirenaica Occidental, con capital en Burgos, se marchó de su unidad sin permiso el 3 de noviembre de 1988 y fue detenido por la Guardia Civil el 26 de abril del 89.

El 14 de junio fue excluido de la mili por "déficit intelectual medio con transtornos de conducta" y el 9 de marzo de 1990 fue declarado minusválido en un 65% por un equipo facultativo.

"El acto de exclusión del servicio militar por un tribunal médico, efectuado con posterioridad a la comisión del hecho delictivo, bien sea la causa de exclusión anterior o posterior al hecho, no es óbice para la consideración del individuo como militar, condición que sólo pierde desde la resolución excluyente", afirma la sentencia.

Otro caso similar

En otra resolución, fechada el 15 de junio de 1992, sólo una semana antes, la Sala de lo Militar del Supremo ordenó continuar las diligencias por un presunto delito de deserción, abiertas contra otro soldado, de nombre José Félix, que fue excluido del servicio militar por padecer "retraso mental (nivel 70) con toxicofilia" o adicción a las drogas."El hecho de que el procesado haya sido excluido del servicio militar sólo significa que no se le ha encontrado apto, por la peculiar estructura de su personalidad psíquica, para integrarse en el Ejército, pero ello no comporta necesariamente que se le haya de considerar inimputable", razona el Supremo.

Fernando, que cumplía la mili en un regimiento de cazadores de Montaña de la Región Militar Pirenaica Occidental, fue autorizado a desplazarse a Burgos para ser reconocido por un tribunal médico el 9 de marzo de 1989. Pero, en vez de presentarse ante el tribunal, se dio a la fuga hasta que, el 9 de marzo de 1991, fue detenido.