Batalla legal en torno al control de las Fuerzas Armadas
La Ley de Defensa puede ser un instrumento para hacer efectivo el cese del presidente
El objetivo de las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa es rechazar la agresión, derrotar al agresor y cumplir tareas de acuerdo con las obligaciones internacionales del Estado ruso, según estipula la ley de Defensa que lleva la firma del presidente, Borís Yeltsin.Cuando esta ley fue aprobada por el Sóviet Supremo de la URSS, el 24 de septiembre de, 1992, corrían otros tiempos, y era difícil imaginar que uno de los puntos del texto podría convertirse ahora en una poderosa arma en manos del Parlamento en contra del presidente, en el caso hipotético de que éste fuera cesado por el Congreso.
El punto en cuestión preve que las Fuerzas Armadas pueden ser utilizadas para "el cumplimiento de misiones no vinculadas con su finalidad", ya sea "en base a la ley" o "por disposición del Sóviet Supremo de la Federación Rusa". En las circunstancias actuales, una fórmula como ésta, bien administrada, podría transformarse en el mecanismo de ejecución del cese presidenc¡al, cuyo procedimiento específico no está especificado en la ley rusa.
La ley de Defensa es uno de los textos básicos que regula las relaciones de los Poderes Fácticos con los poderes políticos del Estado ruso. Por Fuerzas Armadas se entiende el Ejército, las tropas de Fronteras, las fuerzas del Ministerio del Interior, las tropas de Comunicaciones Gubernamentales, las tropas de Ferroviarios y las unidades de Defensa Civil. Esta lista es exhaustiva y las unidades militares no encuadradas en ella son ilegales, según la ley de Defensa, que no permite la formación de asociaciones políticas ni la propaganda preelectoral en los cuarteles.
El Sóviet Supremo de la Federación Rusa ha de dar su visto bueno al ministro de Defensa, un largo nombrado por el presidente. Sin embargo, el apetito del Parlamento va mucho más lejos. Uno de los puntos de la ley de Defensa prevé la necesidad de obtener el consentimiento del Sóviet Supremo a los viceministros de Defensa, el jefe del Estado Mayor, los vicejefes del Estado Mayor, los mandos de las distintas ramas del Ejército y los responsables militares de las unidades territoriales y funcionales de las Fuerzas Armadas. Este punto, que en la práctica subordinaría al Parlamento a decenas y decenas de altos cargos militares, está congelado "hasta que se introduzcan los cambios en la Constitución de la Federación Rusa", según una disposición oficial firmada por Ruslán Jasbulátov.
La fórmula empleada por el presidente del Parlamento para congelar un punto claramente anticonstitucional indica una gran confianza en la capacidad existente de modificar la Constitución para reforzar el control y la intervención del Parlamento en la política de cuadros del Ejército.
Ahora, cuando las tensiones entre el Parlamento y el presidente han estallado, esta guerra antigua de leyes y disposiciones que pasaba desapercibida en tiempos de mayor armonía adquiere gran importancia y aparece bajo una luz nueva.
De acuerdo con la ley de Defensa, el ministro de Defensa puede movilizar tropas y unidades de la flota, pero tiene ciertas limitaciones porque, a partir de un determinado nivel de unidades operativas, necesita el permiso del presidente.
En el distrito militar de Moscú, los movimientos de tropas se someten a una normativa más estricta que la general.
Las unidades militares de las que el presidente puede disponer directamente son su escolta (11.000 soldados), el regimiento del Kremlin (5.500 soldados), las tropas de las Comunicaciones Gubernamentales y de Contrainteligencia Exterior del Organismo Federal de Comunicaciones e Información del Gobierno.
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