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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Crédito y desgaste

EN LOS regímenes parlamentarios, el principal lastre del partido del Gobierno frente a las elecciones consiste en que no puede hacer promesas sin rendir cuentas de los incumplimientos anteriores. Ese lastre será mayor cuanto más tiempo lleve en el poder. Inversamente, la ventaja de la oposición consiste en que disfruta, del crédito de lo relativamente desconocido: de lo que todavía no se ha puesto a prueba. El barómetro sobre opiniones de los ciudadanos que hoy publica EL PAÍS, en la última de las tres entregas sobre la encuesta realizada por Demoscopia en la segunda semana de marzo, indica que la oposición conservadora goza actualmente de mayor credibilidad que el PSOE para resolver aquellos problemas que aparecen con carácter de enquistamiento en la sociedad española: el paro, la corrupción y la droga. Los socialistas retienen un mayor crédito, por el contrario, en las cuestiones que tienen que ver con la función redistributiva: servicios públicos y ayudas sociales.La percepción negativa de la situación política desde el primer trimestre de 1992 es paralela al brusco empeoramiento de las expectativas económicas -generales y familiares- revelado por las encuestas desde esa fecha. Casi la mitad de la población responsabiliza directamente al Gobierno de esa situación, y son ligeramente más - numerosos los ciudadanos que consideran que un Gobierno conservador tomaría medidas más eficaces contra el paro y el déficit público que quienes piensan que lo haría el PSOE. Pero esa opinión coexiste, de manera un tanto contradictoria, con la también mayoritaria (52%) de que un Gobierno del PP no sería más capaz que uno del PSOE de hacer frente al actual deterioro. Esa contradicción podría reflejar una situación caracterizada -como en Francia- más por el rechazo o la desconfianza hacia lo demasiado conocido que por el entusiasmo suscitado por su más o menos inédita alternativa.

Durante años, el desgaste político del PSOE ha sido paralelo al del PP (antes AP). El hecho de que el partido de Aznar merezca ahora mayor crédito que el de González en cuanto a la lucha contra la corrupción indica, que seguramente ha sido la combinación entre el aumento del paro (lo que atemoriza a los ciudadanos) y los escándalos (lo que les irrita) lo que ha provocado esta convergencia que desvelan las encuestas entre el retroceso socialista y el ascenso de su rival. Como en Francia.

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