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Cuenta atrás en el Campo de las Naciones

Juan Antonio Carbajo

Seis... cinco... cuatro... Tres meses faltan. El perfil futurista del Campo de las Naciones ya se divisa desde las últimas casas de Hortaleza. La nueva ciudad de negocios y congresos se terminará en junio. Habrán pasado entonces siete años y tres alcaldes desde que el Ayuntamiento aprobó el proyecto. En este tiempo, las cifras del plan enloquecieron. El parque de 2.000 millones costó al final 8.000, y el Palacio de Congresos, de 6.500 se puso en 15.000.

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La sociedad municipal que se creó para gestionar la operación consiguió, no obstante, cumplir el objetivo inicial: financiar la operación con la venta de suelo para las oficinas y hoteles que completan el llamado Azca del Este, que se sumará al ya existente complejo Azca en el centro de la capital. Una docena de inmuebles de mármol, aluminio o cristal, que se acercan ya a su terminación, forman el corazón del Campo de las Naciones, un centro de negocios que está transformando radicalmente el paisaje del este de Madrid.Lo que hasta hace unos años era un erial conocido como Olivar de la Hinojosa acoge ahora edificios inteligentes (con los últimos avances técnicos), uno de los mayores palacios de congresos de Europa, dos hoteles, un recinto ferial, el parque más extenso de Madrid y un campo de golf. Si la recesión económica no lo impide, en este ámbito trabajarán 15.000 personas.

Los promotores inmobiliarios no han permanecido ajenos a la operación y han empezado la construcción frenética de unas 2.300 viviendas en el terreno libre que separaba el Campo de las Naciones de las últimas casas del distrito. Según datos de la Gerencia de Urbanismo, el Ayuntamiento ha entregado ya el 100% de las licencias de construcción posibles para esta golosa zona, cuyas primeras casas rebasan la barrera de los 50 millones de pesetas. Tales acontecimientos no han pasado inadvertidos a las grandes firmas comerciales. Hipercor ya tiene reservada una parcela en esta zona, una de las más prometedoras de Madrid.

Cifras imprevistas

El Campo de las Naciones que ahora se termina poco tiene que ver con el proyectado desde 1986 y aprobado en 1988. Entonces se habló de una operación que habría de dejar 8.000 millones de pesetas de beneficio que se destinarían a construir un parque de 2.000 millones y viviendas de protección oficial. Ninguna de estas cifras se cumplió.La empresa municipal Campo de las Naciones ha aportado 8.000 millones de beneficios al Ayuntamiento, pero se han destinado a completar los escasos ingresos que la Gerencia de Urbanismo tuvo el pasado año, al fallarle las previsiones de venta de suelo con las que debía sobrevivir. El parque, de 220 hectáreas, cuadruplicó su precio inicial al cambiarse su concepción. Lo que era un área forestal se convirtió en una zona verde de diseño -el parque Juan Carlos I- con rías y lagos, construido con materiales innovadores y decorado con esculturas contemporáneas.

Los gastos también se dispararon en el caso del flamante Palacio de Congresos, que será el auténtico motor de la nueva ciudad de negocios, según cree Pablo Población, gerente de la empresa Campo de las Naciones.

El edificio, que iba a costar 6.500 millones en octubre de 1991, alcanzó los 12.000 en marzo de 1992 y las últimas cuentas indican que su factura llegará a los 15.000. Según Población, los planos del edificio han ido mejorándose con nuevas y más amplias instalaciones para evitar que al final "naciera pequeño". A su juicio, "muchos de los cambios que se han introducido y que han encarecido el proyecto redundarán en menores gastos de mantenimiento".

Sin embargo, la explosión de las cifras no ha provocado un déficit en las cuentas de resultados porque los ingresos inicialmente previstos también se han multiplicado. Campo de las Naciones ha obtenido al final 39.701 millones de pesetas por la venta del suelo que ocupan ahora las oficinas, cuando la previsión inicial era de 9.000 millones.

Hay dos razones principales para esta multiplicación. El Ayuntamiento calculó muy por lo bajo en 1988. Entonces pensó que obtendría 66.000 pesetas por cada metro cuadrado que vendiera. Las empresas ofrecieron, tras varios concursos polémicos, 200.000 pesetas. En total se recaudaron 23.662 millones.

Comoquiera que la factura de gastos rondaba ya los 40.000 millones, la empresa decidió ampliar los límites de la operación y sacar a concurso más suelo. Los nuevos terrenos, los más cercanos a la M-40, los engulló el Banco Bilbao Vizcaya en mayo de 1992 a cambio de los 16.000 millones que faltaban para equilibrar el balance. Población asegura que el motivo de ampliar el Campo de las Naciones no es económico, sino urbanístico: "No es tanto el problema de obtener plusvalías como que un gran proyecto como éste tenga los complementos que le faltan y empresas que le den renombre".

Hoteles y despachos

El Campo de las Naciones ha iniciado la cuenta atrás. El 15 de mayo deberá estar terminado el Palacio Municipal de Congresos (que se estrenará un mes más tarde). En junio, los hoteles y edificios de oficinas, que deberán luchar contra un mercado en recesión para dar vida a sus despachos.

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