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India, el rompecabezas de la violencia

Pobreza, mafías y terrorismo internacional amenazan con destruir el precario equilibrio del país

La sangrienta brecha que se abre cada día más entre la minoría musulmana india (cerca de 100 millones de habitantes) y la mayoría hindú (unos 750 millones), amenaza la estabilidad de India y supone un fuerte riesgo de incremento del terrorismo internacional ligado al extremismo islámico. La frustración económica -sólo unos pocos han abandonado la fila de los pobres- y política -no tienen ningún partido que les represente- está haciendo reaccionar a muchos musulmanes contra el Estado e incluso contra sus vecinos hindúes, muchos de los cuales simpatizan con el Bharatiya Janata (BJP), cuya bandera es la defensa a ultranza de una India hindú.

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Detrás de las bombas que estallaron en cadena el pasado viernes 12 en Bombay, dejando un reguero de 300 muertos y 1.000 heridos, se vislumbra una nueva estrategia de la frustración musulmana más efectiva que la típica violencia étnica.Los hijos de Alá indios parecen haberse dado cuenta de que siempre han salido perdiendo en las revueltas. En diciembre pasado se levantaron para protestar por la destrucción de la mezquita de Ayodhya por las hordas indúes, pero en enero sufrieron la virulenta respuesta de los hijos de Visnú. Miles de extremistas islámicos en todo el mundo claman desde entonces venganza.

"Nunca desde la independencia del imperio británico y la separación en India y Pakistán, en 1947, estuvieron los ánimos tan enconados entre musulmanes e hindúes", dice un sociólogo de la universidad de Bombay.

Política económica

A este malestar se une el cambio en la política económica del Gobierno, que con la liberalización de la rupia y de las importaciones de oro ha mermado considerablemente las fuentes de ingreso de las mafias de las grandes ciudades que se dedicaban al mercado negro, especialmente con los países del golfo Pérsico. Según el vicealmirante K. Kohli, estas mafias -algunas de ellas controladas por musulmanes- se han dedicado al contrabando de armas y de drogas, procedentes principalmente de Pakistán, para poder sobrevivir y estos nuevos negocios son los que las ponen en contacto con el terrorismo internacional.Fuentes del espionaje indio aseguran que la precisión de la cadena de atentados de Bombay y la utilización de RDX, un explosivo químico de alto poder destructivo, revela la conexión de quienes prepararon las bombas con terroristas sijs y con los Tigres de Liberación de la Tierra Tamil (LTTE). Ambos grupos sostienen buenas relaciones con los servicios de inteligencia pakistaníes que pueden haber facilitado los contactos, añaden estas fuentes.

El terrorismo sij, que pretende la independencia del Estado indio de Punjab (noroeste del país), ha sufrido en estos dos últimos años fuertes reveses, no sólo por la acción contundente de la policía y el Ejército sino también por el cansancio de la misma población, harta de un baño de sangre que ha costado decenas de miles de vidas en tina década.

Los LTTE también han perdido mucha fuerza en su lucha contra el Gobierno de Sri Lanka y contra el apoyo prestado por India para frenar la insurgencia tamil. "Para ambos grupos, sin duda, es importante el verse asociados a un golpe de propaganda como el ocurrido en Bombay", asegura el periodista Clarence Fernándes.

En la compleja sociedad india, este entramado de conexiones entre terroristas y mafias integristas y nacionalistas parece de fácil asimilación, aunque nadie descarta que el Gobierno haya recurrido a él para no vincular directamente los últimos atentados a la violencia religiosa de hace un par de meses, y evitar así nuevas respuestas sangrientas de la mayoría hindú.

Corrupción

Hasta el momento, los diez detenidos por las explosiones de Bombay son musulmanes, todos en mayor o menor grado afectados por la revuelta de enero. La familia Memon, perteneciente al mundo del hampa de Bombay y que según la policía planeó los atentados, es también musulmana y se evadió a Dubai el mismo viernes negro. Por otro lado, la corrupción tanto de la burocracia como de la clase política desempeña un importante papel a favor de ese incipiente terrorismo musulmán en India.Guardacostas sin medios materiales para vigilar los 6.800 kilómetros de la costa nacional y ciegos durante años por un puñado de dólares seguirán sin saber cuáles son las operaciones que realizan infinidad de barcos en las movidas aguas del océano índico. De uno de esos barcos se descargaron semanas atrás 64 sacos de explosivos, de los que hasta el momento sólo el contenido de 14 de ellos han explosionado ya.

"Existe una amenaza real de que las consecuencias en el futuro [de la falta de vigilancia de las costas] sean mucho peores para la seguridad nacional", indicó el vicealmirante Kohli.

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