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Dos atracadores vestidos de carteros asaltan un tren correo en Chamartín

El pasado 4 de marzo, dos hombres con camisas de cartero y una saca al hombro llamaron a la puerta de¡ expreso postal Madrid-La Coruña. "Abrimos, que es un servicio de última hora". Los dos funcionarios abrieron y los otros les encañonaron con dos pistolas, les ataron y registraron sin prisas todas las sacas. Fuentes próximas a los funcionarios indicaron que los delincuentes robaron 48 paquetes con divisas, joyas y talones, por valor de unos 100 millones de pesetas. En Correos, sin embargo, sólo habían registrado lo declarado: paquetes por un importe de 78.000 pesetas. Sus dueños serán los únicos indemnizados.

Los ladrones parecían de guante blanco, según informó ayer el diario El Mundo, por el trato correcto que otorgaron a los maniatados y por la tranquilidad con que actuaron en todo momento. Fuentes próximas a los empleados de Correos indicaron a este periódico que los atracadores les tomaron a cada uno el carné de identidad, apuntaron la dirección y les advirtieron que tomarían represalias contra ellos si se les ocurría denunciar el hecho.Dos horas después de la partida, en Ávila, los. delincuentes se apearon con el botín y los carteros consiguieron deshacerse de las ataduras. Los funcionarios se desataron al llegar a Medina del Campo, pero el tren no retrasó su horario. Así que la denuncia, con todo lujo de detalles, la efectuaron en la comisaría de La Coruña, al final del trayecto.

Desde aquel día, hombres del grupo de Delincuencia Internacional y Organizada junto a otros agentes de tila y coordinados por el jefe de la Brigada Central de Policía Judicial, trabajan en el caso, sin haber encontrado ninguna pista definitiva. Todo ello pese a que los atracadores actuaron a cara descubierta.

"No podemos desvelar", indicó un portavoz del Cuerpo Nacional de Policía, "las características físicas de los dos individuos porque harían todo lo posible por transformarla. De hecho, la policía advirtió a Correos que no difundiera el suceso porque la investigación estaba en marcha.

El último tren

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Los valores declarados que se llevaron sólo alcanzaban las 78.000 pesetas, según informó ayer un portavoz de Correos. "Nosotros no podemos valorar algo de lo que no tenemos constancia. De todas formas, ése era -el último tren correo y será eliminado en abril".

Uno de los funcionarios, que prefirió mantener el anonimato por razones de seguridad, declaró a Radio Nacional de España que los delincuentes entraron simulando ser unos funcionarios que hacen un alcance (entrega) de última hora.

"Se llamaban entre ellos", añadió el cartero, "compañero y tronco. No hubo violencia física ni psicológica, con la excepción de que nos estaban encañonando. Al rato les pedí por favor que guardaran la pistola, que no habría ningún problema. Antes de llegar a Ávila empezaron a cuchichear y ahí pasé mucho miedo". Todo hace pensar que el cuchicheo entre los atracadores no era más que una conversación para determinar la huida.

Los dos empleados de Correos observaron perfectamente todo lo que salía de las sacas: joyas enviadas a reparar, divisas y algunos talones. Cuando concluyó la inspección de todos los objetos por parte de ambos delincuentes, los cuatro viajeros acalorados, atracadores y atracados respiraron hondo.

"Bebimos todos agua y ellos se comieron una manzana de mi compañero", relataba ayer uno de los funcionarios ante el micrófono. "Nos fumamos también unos cigarros".

Al llegar a La Coruña, después de declarar en comisaría, los funcionarios celebraron un final feliz con mariscos y vino albariño. Creían que ésa era la mejor forma de festejar el hecho de que ambos hubieran llegado con vida.

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