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Acuerdo internacional para reducir al depredador del pato malvasia

Jan Martínez Ahrens

La progresiva expansión del pato malvasía americano, que amenaza al malvasía común, se ha convertido en un problema internacional. Una comisión, en la que participaron 10 países y 54 expertos, ha acordado medidas para reducir urgentemente su población y extensión invasora desde el norte de África hasta Siberia. La comisión aconsejó que se siga la "experiencia española" de eliminación a tiros, y propuso que para ello se habiliten cursos de entrenamiento.

La especie invasora técnicamente -denominada Oxyura jamaicensis- procede de Estados Unidos. En la década de los cincuenta, algunos ejemplares consiguieron escapar del cautiverio en el Reino Unido. Desde entonces, su población se ha incrementado hasta alcanzar en las islas británicas las 3.500 aves. El primer salto a otro país de la malvasía caribeña se registró en 1965 en Suecia. Hoy día se la ha visto anidar en Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Islandia, Irlanda, Italia, Holanda, Noruega, Portugal, España, Suiza. Los últimos datos apuntan a que ha buscado pareja incluso en Marruecos y Ucrania.El problema surge en la península Ibérica, única zona del oeste de Europa donde pervive el pato malvasía autóctono, por la desigual competencia durante el apareamiento entre la especie invasora y la común. En España, gracias a fuertes medidas conservacionistas, viven 786 ejemplares de malvasía autóctono, según el censo de 1992.

Interés español

La magnitud del conflicto ornitológico llevó a Arrundel (Reino Unido), los pasados 1 y 2 de marzo, a 54 expertos en aves acuáticas, así como a científicos de 10 países, de la CE, del Secretariado de la Convención de Bonn, del Consejo Internacional para la Protección de las Aves (ICBP) y del IWRB. España acudió con representantes del Icona, la Junta de Andalucía, la Consejería de Medio Ambiente de la Generalitat valenciana y la Sociedad Española. de Ornitología.La comisión acordó desarrollar una estrategia internacional para enfrentarse a la amenaza. Entre las medidas adoptadas está el establecer un minucioso sistema de control de la malvasía invasora en todos los países desde el norte de África hasta Rusia, que permita trazar un mapa de la distribución de esta especie.

El punto más importante del acuerdo reside precisamente en las denominadas "medidas de control", que, según un representante español, no son sino de eliminación. La comisión decidió que todos los Estados desde el norte de África hasta Rusia deben desarrollar urgentemente estrategias nacionales para reducir la amenaza. Aunque la comisión deja a cada país decidir qué "medidas de control" puede utilizar, aconseja seguir la "experiencia española" -eliminación a tiros- y propone que se habiliten cursos de entrenamiento.

La principal resistencia a estas medidas de eliminación procede del Reino Unido, donde la malvasía invasora se ha convertido en un símbolo para ecologistas y conservacionistas.

Sobre la firma

Jan Martínez Ahrens
Director de EL PAÍS-América. Fue director adjunto en Madrid y corresponsal jefe en EE UU y México. En 2017, el Club de Prensa Internacional le dio el premio al mejor corresponsal. Participó en Wikileaks, Los papeles de Guantánamo y Chinaleaks. Ldo. en Filosofía, máster en Periodismo y PDD por el IESE, fue alumno de García Márquez en FNPI.

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