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Verdes y socialistas critican el "injusto" sistema electoral

Socialistas y ecologistas criticaron ayer el sistema mayoritario vigente en las elecciones legislativas francesas. A tenor de las últimas encuestas autorizadas de la campaña, las del pasado fin de semana,ese sistema va a permitir a la coalición de centro' derecha obtener con un 40% de los sufragios más de dos tercios de los escaños. En cambio, los ecologistas, aunque arranquen un 15% de los votos, pueden quedarse sin un solo diputado.

El sistema de escrutinio mayoritario a dos vueltas es "arcaico", declaró Pierre Mauroy, presidente de la Internacional Socialista. "La derecha", añadió, "va a obtener una victoria desproporcionada". Mauroy recordó que él defendió el pasado año un sistema proporcional para los actuales comicios. La proporcionalidad, dijo, hubiera permitido que la próxima Asamblea Nacional fuera "más equitativa".Cumpliendo una vieja promesa de François Mitterrand, los socialistas introdujeron el sistema proporcional en las legislativas de 1986. Esos comicios los ganó la derecha, que restableció de inmediato el sistema mayoritario, caro al general De Gaulle, fundador de la V República. El pasado año, hubo un vivo debate en el seno del poder socialista sobre la conveniencia de introducir otra vez el sistema proporcional. Mauroy estaba a favor, pero triunfó el criterio de Michel Rocard, favorable al escrutinio mayoritario. Como tantos líderes franceses, Rocard está obsesionado por la "ingobernabilidad" de la IV República.

Los ecologistas son los grandes perjudicados por el sistema mayoritario y sus más duros enemigos. Su importante trozo del pastel electoral, entre un 12% y un 16% de los sufragios según los últimos sondos, puede traducirse en el mejor de los casos en uno o dos escaños. Dominique Voynet, de Los Verdes, afirmó ayer que eso le parece "injusto", y calificó de "absurda" la lógica del escrutinio mayoritario".

"Es preciso que la Asamblea Nacional se parezca lo más posible a la realidad y para eso debería contar también con el color verde", añadió su correligionario Antoine Waechter. "El sistema mayoritario", apostilló Brice Lalonde, de Generación Ecología, "no traduce la pluralidad de la vida francesa".

Las elecciones francesas tienen dos vueltas. En la primera, el próximo domingo, el candidato con mayoría absoluta obtiene de modo automático el escaño. Si no hay tal mayoría, todo se decide en la segunda vuelta, el 28 de mayo. A esa repesca sólo pueden acudir los candidatos que obtengan en la primera un mínimo del 12,5% de los sufragios. El 28 de mayo, el candidato que llegue en primer lugar en cada circunscripción obtiene el acta de diputado.

Ese sistema prima a los grandes partidos. Con un 40% de los votos, la coalición RPR-UDF puede obtener más de 400 de los 577 escaños. También beneficia a las formaciones fuertemente implantadas en lugares concretos. Es el caso de los comunistas, que pueden traducir su 9% de los votos en una veintena de diputados, y eso gracias a que siguen controlando unos cuantos feudos. En cambio, el 15% de los ecologistas se reparte por todo el territorio nacional. En casi ningún lugar están en condiciones de llegar en primera posición en la segunda vuelta.

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Laurent Fabius propone una alianza de los socialistas con los ecologistas para la segunda vuelta, único modo de que los primeros mejoren su porción de diputados y de que los segundos obtengan algunos. Rocard, promotor de la idea de una confederación de izquierdas, es partidario de introducir en el futuro una dosis de proporcionalidad" en el sistema mayoritario.

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