Schlesinger afirma que mantendrá el marco fuerte
"La solución de la vía hacia la unión monetaria europea no puede ser un debilitamiento de la estabilidad de la divisa clave del actual Sistema Monetario Europeo (SME), aunque ello implique a veces decisiones duras no sólo para mi país sino para algunos Estados miembros" dijo ayer Helmut Schlesinger, presidente del Bundesbank (banco central alemán). Schlesinger pronunció una conferencia en la Universidad Bocconi de Milán, el instituto de economía más prestigioso de Italia, ante una nutrida concurrencia de personalidades. Paralelamente, en Alemania el mundo empresarial y financiero reaccionaba con gran cautela tras conocer más en profundidad los detalles del acuerdo entre el Gobierno de Bonn y la oposición sobre el Programa de Consolidación Federal, que cierra el llamado Pacto de Solidaridad para costear la factura de la unificación.Pese a que el acuerdo clarifica la cuestión fiscal e incluye recortes en los subsidios, no se enfrenta ni al problema de los déficit prespuestarios, que aumentarán, ni a la reducción en profundidad del gasto público, dos de las condiciones que exige el Bundesbank (el banco central alemán) para la tan demandada nueva rebaja en el precio del dinero.
La posibilidad de que el Bundesbank -que ha evitado pronunciarse sobre el acuerdo- baje en su reunión del jueves el precio del dinero parecía ayer problemática. Lo cierto es que el Programa de Consolidación Federal se queda un poco lejos de lo que deseaban las autoridades monetarias de Francfórt, que insistieron en todo momento en la necesidad de un claro compromiso para reducir el gasto público y en que no se produjera el más mínimo aumento de la deuda. En este sentido, un alto funcionario del Gobierno resumía el dilema al que se enfrenta el banco central alemán de la siguiente manera: "Si quieren ayudar al Gobierno, bajarán un poco los tipos; pero si actúan correctamente, no harán nada, ya que el acuerdo no tiene ningún impacto en la inflación".
Estabilidad
Schlesinger añadió ayer más incertidumbre al afirmar que "la política de estabilidad debe seguir siendo el objetivo, prioritario en Alemania, en Italia y en Europa"."Una futura moneda europea", dijo, "sólo tendrá éxito si es al menos tan estable como las monedas fuertes de dentro y fuera de la Comunidad Europea, con la que la nueva divisa seguirá teniendo que competir". Schlesinger se mostró partidario de "hacer todo lo posible por mantener y ampliar la apertura de los mercados" y concluyó afirmando que "sería errónea la conclusión de que la crisis del SME. signifique un retroceso dramático en el proceso de integración. Tras los últimos realineamientos, disponemos de una estructura de cambios más realista y, en principio, más sostenible".
En Alemania, los observado res consideran que lo pactado por el Gobierno del canciller Kohl con los presidentes de los 16 Estados federales -de mayo ría socialdemócrata- y los líderes de los partidos que forman el Gabinete de coalición es más un acuerdo político que financiero.
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