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López Arriortúa rompe su compromiso con General Motors, horas después de ser ascendido

Los sucesivos cambios de opinión del ejecutivo español Ignacio "pez Arriortúa han mantenido en vilo durante cinco días a los gigantes automovilísticos Volkswagen y General Motors. Ambas compañías iniciaron una guerra de ofertas y contraofertas para conseguir el fichaje del que ya está considerado como el ejecutivo estrella de la principal industria de Detroit. El jueves, López se despidió de sus compañeros de GM para irse a Volkswagen; el domingo, GM anunció que se quedaba, y ayer, tras ser ascendido, enviaba una nota manuscrita declinando la oferta dela compañía norteamericana. "Creo que se ha dejado llevar por una cuestión de honor personal" comentaba ayer el responsable jurídico de GM, Harry Pierce, tratando de explicar por qué finalmente López ha permitido, presumiblemente, que prevaleciera su compromiso inicial con Volkswagen.

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Una fuga sin explicaciones

Harry Plerce, responsable jurídico de la norteamericana General Motors, aseguraba ayer, tras conocer la última decisión de López Arriortúa, que no existía ninguna obligación legal en el contrato firmado por el ejecutivo vasco con Volkswagen, pero admitía que de alguna manera López ha podido verse moralmente comprometido con aquelle oferta. General Motors esperó a que la compañía alemana ofreciera a López 20 millones de dólares por cinco años de contrato antes de ascender al trabajador que le ha ahorrado 2.000 millones de dólares anuales (unos 240.000 millones de pesetas) con un revolucionario plan de reducción de costes.Cuando el pasado jueves el bilbaíno se despidió de su equipo del departamento de compras de la central de GM en Detroit, los ejecutivos de General Motors iniciaron una escalada de ofertas para evitar la fuga de su más brillante fichaje a la competencia. GM prometió a López convertirle en vicepresidente ejecutivo y en presidente de los cuarteles generales de la compañía automovilística en Detroit. También se comprometió a hacer lo posible para realizar el sueño de López Arriortúa: construir en su pueblo natal de Amorebieta una planta para la construcción de coches con una nueva tecnología que el ejecutivo vasco llama Plateau 6.

Durante el fin de semana, López comunicó a sus conocidos que se quedaba en la empresa norteamericana y los ejecutivos de GM filtraron a la prensa que habían convencido al ejecutivo vasco de 52 años de seguir con ellos. El lunes la noticia de la permanencia de López provocó una subida de las acciones de la compañía en el mercados bursátil de casi un punto. Durante la mañana, Ignacio López trabajó en su despacho y recibió las felicitaciones de sus compañeros por el apoyo unánime del consejo de administración de GM a su nuevo ascenso. A las tres de la tarde del Detroit, el presidente de General Motors, John Smith, comunicaba que un amigo de López le había entre gado una carta manuscrita del ejecutivo anunciando su dimisión. Smith dijo que había trata do de convencer fallidamente a López para que se quedara por que así se lo habían pedido do cenas de ejecutivos de la compañía. Confundido por los últimos acontecimientos, la cabeza de una de las tres principales compañías norteamericanas del automóvil añadió que carecía de claves sobre el paradero y las intenciones del ejecutivo vasco.

La misma sensación de desorientación recorría los departamentos de los cuarteles generales. Un portavoz declaró que la huida de última hora de López había caído por sorpresa, como una bomba, sobre sus previsiones. Pero aunque los portavoces de GM aseguraban desconocer las intenciones de López Arriortúa, Dow Jones News anunciaba anoche a sus suscriptores de Wall Street que Volkswagen confirmará hoy mismo la incorporación de López a esta multinacional.

La batalla por el fichaje del ejecutivo español ha sido tan virulenta como para ocupar las primeras páginas de los periódicos financieros norteamericanos, que han convertido a López en un equivalente a la salvación de la deprimida industria automovilística. El ex director de la planta de GM en Zaragoza aterrizó en mayo en Detroit y, en tan sólo 9 meses, puso en marcha un plan de reducción de costes que ahorrará a General Motors 2.000 millones de dólares anuales.

Su carácter pasional y sus agresivos planes de reducción de costes le causaron la enemistad de numerosos empresarios de venta de accesorios auto movilísticos y el apoyo incondicional de su equipo. El jueves, los trabajadores del departamento de ventas internacionales se despidieron de él llorando. Uno de sus subordinados declaró que, a pesar de las intenciones de la compañía de mantener la misma política impuesta por el ejecutivo, "López no hay más que uno".

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