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Pakito afronta en París el primero de una serie de juicios que retrasarán su entrega a España

Francisco Múgica Garmendia, Pakito, y José María Arregui Erostarbe, Fitti, dos de los principales dirigentes de ETA, se sentarán el jueves ante un tribunal de París, un año después de su captura. Ambos responden del delito de asociación de malhechores por su relación con el grupo más sangriento que ha tenido ETA: el comando itinerante francés, responsable de más de cuarenta asesinatos. Mientras la defensa de Pakito reclama que sea juzgado por tales crímenes en París, fuentes francesas dan por hecho que será entregado a España en el siglo XXI, tras cumplir los 10 años de cárcel que le corresponderían por "malhechor". Pakito tendrá ocasión de marcar la ortodoxia en torno al dilema entre paz "o jotake [mortero] hasta la victoria".

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Quizá el próximo día 18 Pakito recuerde ante el tribunal la lacónica sentencia que le dijo el responsable de que ocupe tal asiento, el coronel de la Guardia Civil Enrique Rodríguez Galindo, cuando entró a verlo en la comisaría de Bayona: "Se acabó".18.29 horas del domingo 29 de marzo 1992. Caserío Xilocan, propiedad de Mathieu Tuya, en Bidart (Francia). Llega un motorista a bordo de una potente máquina. Entra en la vivienda sin quitarse el casco. La Guardia C¡vil sabe de memoria quién es el motorista. Le sigue desde hace tres meses por el todo el País Vasco francés: José Luis Álvarez Santacristina, Txelis.

En un Ford Escort, matrícula 4582TD64, llegan al caserío Phlippe Lassalle, que conduce el vehículo, y un sujeto que no para de increpar al primero. Los gestos y el tono -a voz en grito-no ocultan su gran autoridad. Tiene que ser un jefe, ¿pero qué jefe? Otro dato realza tal impresión. Ha cambiado tres veces de coche hasta llegar al chalé. Un oficial de la Guardia Civil cree reconocer en sus rasgos al objetivo número uno en ETA: Pakito. En el chalé, ya se halla Fitti.

Los dirigentes etarras advierten en el último momento el dispositivo policial. Queman las fotografías de los etarras Juan Bienzobas Arreche, Pirrakas, y Oroitz Salegui García, Suso. Los tres dirigentes etarras portan armas, pero sólo Fitti hace intención de usarla. Unas treinta personas son detenidas a ambos lados de la frontera.

La operación había comenzado, en realidad, el 17 de noviembre de 1990. Ese día cae en Francia Carmen Guisasola, coordinadora de la entrada de comandos en España y de su adiestramiento. Tras su detención, desaparecen algunas personas de su domicilio en Guipúzcoa, que luego regresan tras sentirse tranquilizadas. Los hombres de Rodríguez Galindo empiezan a seguir los pasos del embrión del comando Askatu, que recibiría la misión de liberar a destacados etarras. Dos de estos terroristas mantienen una cita en Francia, a la que acude un corpulento motorista no identificado inicialmente.

Cita en el cementerio

El encuentro se produce el 28 de diciembre de 1991 en el cementerio de la localidad vascofrancesa de Guetary. Una furgoneta camuflada de la Guardia Civil graba en vídeo el encuentro. El motorista se acerca a centímetros de la cámara. Sus rasgos se hacen evidentes. Ojos claros saltones y pelo rizado rubio con una calva en la coronita. Es Txelis. A partir de entonces, y hasta el 29 de marzo de 1992, este dirigente será seguido noche: y día, en relevos, por unos 50 guardías civiles.Uno tras otro, sus sucesivos contactos y casas utilizadas irán dando un valioso reguero de pistas que aún hoy, un año más, tarde, distan de estar agotadas. "Es desmoralizador para ETA que durante tres meses hayamos tenido en nuestras manos a uno de sus jefes y no se haya enterado", remachan en la Guardia Civil. Rodríguez Galindo no escatima medios ni astucia. Txelis maniene una cita en una playa vascofrancesa con otros miembro:3 del comando Askatu. El dirigente: etarra se siente seguro. Nada extrago en el horizonte. Junto al ideólogo de ETA unos niñosjuegan al salón con sus padres, mientras as madres descansan en la arena.

El dirigente etarra ignora que los padres, cuando no están de calzón corto, visten uniforme verde tricornio.

También se controló un contacto en Bricobidart entre Lassalle, Txelis y Juan José Latasa, presunto enlace del diputado de Herri Batasuna (HB) Rafael Díez Usabiaga y la dirección de ETA.

El material intervenido en la operación de Bidart es muy valioso. Cartas de extorsión a 16 empresarios vascos. Se averigua que Miguel Ángel Gil Cervera es el responsable de compra para adquirir explosivos; que le ayudará un tal Gitanillo, Alberto Aldana Barrena. Que T. (Pedro María Gorospe, Txato el Viejo) se ocupa de comprar sacacorchos con su socio; que la compra de los medios electrónicos las realizan dos sujetos. Se profundiza en el conocimiento de la red de apoyo a huidos y refugiados en ambos lados de la frontera.

Se tiene constancia de que cuatro etarras van a integrarse en comandos ¡legales [fichados], y de quién relaciona al MLNV (Movimiento de Liberación Nacional Vasco) con otros grupos. Todo este listado de personas, a veces una mera inicial, permite una progresión geométrica de seguimientos y detenciones. Cada persona con la que contactan es seguida, y así sucesivamente. Todo ello explica los sucesivos éxitos policiales registrados desde hace un año.

Pero si importante es la documentación intervenida en Bidart, más operativa resulta aún la información obtenida en los tres meses de seguimiento a Txelis. No sólo se localiza a Faustino Villanueva, Txapu; se localiza el vehículo de François Wolf, cuya pista permitió localizar recientemente una red de pisos en París; sino una multiplicidad de contactos cuya potencialidad se volverá a ver a no tardar.

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