Teleñecos felices

Después del XI Congreso del Partido Popular, a los pepes se les ha quedado cara de teleñecos felices. Da gusto verles. Lo que no da tanto gusto es oírles. Más bien causa sonrojo ajeno escuchar cómo se están acoplando la bandera del regeneracionismo.Me permito recordarles que a lo largo de la historia de España el regeneracionismo -in strictus sensus- siempre lo han llevado a cabo las clases medias con el apoyo del movimiento obrero y el impulso de intelectuales de izquierda, precisamente, frente a la degeneración creada por las clases conservadoras... De cualquier forma, si de repente les ha entrado vocación regeneracionista, pueden empezar por el Gobierno cántabro o el Ayuntamiento de Madrid, donde, con motivo del caso Alfil, Matanzo y Crespo han salido de la mano en aplicación del artículo 29. ¡Qué peligro ese artículo!

Por supuesto que los Gobiernos socialistas, con todo el país a sus pies, podían haberlo hecho mejor. Y por supuesto que la corrupción existe; la diferencia es que a unos nos duele, ¡y cómo!, mientras ustedes la están sacando de quicio en favor de sus intereses electorales, sin tener en cuenta que la democracia no es un juego en el que vale todo y, lo que es mucho peor, sin calibrar las graves consecuencias que supone crear en la opinión pública la falsa psicosis de desmadre total que están creando.

En fin, si llegan y regeneran y todo les sale muy requetebién, yo, como ciudadana española, también luciré una mueca de teleñeca feliz, pero ni yo ni muchísimos podremos nunca votarles... Gato escaldao tiene miedo de agua fría.-