Los peligros de la testosterona
Los anabolizantes son las sustancias con mayor presencia en los análisis antidopaje con resultado positivo del laboratorio de Madrid en 1992. Su implantación ha sido progresiva, con 1988 y 1989 como años con un porcentaje superior entre los grupos de fármacos detectados. En 1988 se produjo el gran escándalo de Ben Johnson. El canadiense dio positivo por consumo de estanozonol, un anabolizante. El pasado viernes fue suspendido de por vida por un exceso de testosterona en su cuerpo, una hormona con efectos similares.Entre 1969 y 1982 no hay presencia de anabolizantes en los positivos detectados. La razón es bien sencilla: los controles no eran lo suficientemente modernos como para detectar dichas sustancias. En 1983 comienzan a efectuarse pruebas con mayor rigor y el fraude salta a la vista. Cecilia Rodríguez, la directora del laboratorio de Madrid, reconoce que la investigación y la legislación contra el dopaje van por detrás del fraude.
"De repente, descubrimos que una determinada sustancia comienza a aparecer con sospechosa asiduidad en los análisis. Es entonces cuando comienza la investigación para ver si sus efectos son fraudulentos o perniciosos", explica Rodríguez. Los anabolizantes y el dopaje sanguíneo son muy comunes en la actualidad. Los riesgos son, según Cecilia Rodríguez, elevados.
Testículos disminuidos
La testosterona tiene efectos muy perniciosos en el hígado, la piel y los sistemas endocrino y cardiovascular. Favorece la aparición de tumores y síndromes psiquiátricos. En el hombre, reduce la talla de los testículos y disminuye la secreción de esperma. En la mujer provoca masculinización, atrofia del pecho y reducción de los periodos de menstruación.La normativa deportiva establece que un nivel superior a seis de la tasa de testosterona y de epitestosterona en la orina constituye delito, salvo en los casos en que el organismo lo produzca por causas naturales o patológicas. En el de Johnson, el coeficiente fue de 10,3.
Pese a todo, la investigación, fraudulenta o no, avanza día a día. Recientemente, la agencia Efe recogió el trabajo realizado por científicos ingleses sobre una sustancia llamada creatina, que se produce en el metabolismo de las proteínas. Los científicos aseguran que la creatina podría convertirse en una alternativa legal a los anabolizantes. Dicho producto será comercializado en forma de cápsulas en un futuro próximo.
El aporte suplementario de creatina permite mayores contracciones musculares a la máxima velocidad. Linford Christie, campeón olímpico de los 100 metros, ingirió comprimidos de creatina antes de Barcelona 92.
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