¿Quién debe sentarse en el banquillo?
Con motivo de la creación de un tribunal, para juzgar los crímenes de guerra en Yugoslavia y ante la duda de descubrir quiénes deben ser los que han de sentarse en el banquillo, Tara no errar y aplicar la ley con verdadera justicia, sugiero: primero, acomodar allí, con todas las garantías que establecen los derechos del hombre, al señor Gorbachov. Él es, con mucho, uno de los grandes responsables de los terribles azotes que nos afectan. Y escoltándolo, al Gobierno alemán y al papa Wojtyla. Éstos, con sus actitudes, reconociendo a los Caride que, como hijos salvajes o células terriblemente cancerosas, son causantes de todos los males que afectan a la mártir sociedad que habita en aquella región.Procesar a los serbios es una colosal perogrullada tan espantosa como llevar a cabo una intervención armada para arreglar el problema. Sangre y toda suerte de atrocidades ya hay bastante allí, y la intervención de la fuerza no haría más que agrandar el drama en colosales proporciones.
La única solución para los habitantes de aquella región es convencerse de que tienen que convivir, aunque para ello tengan que aplicar rigurosa justicia a los subversivos, que, como los caciques de antaño, sueñan con el Estado propio.
Nuestros medios de información tienen el noble deber de informarnos con sinceridad de cómo son las cosas allí. En Serbia, donde manda un reo y son los culpables de todo, conviven eslovenos, croatas, kosovos, albaneses, macedonios y, por, supuesto, serbios, sin que hasta ahora allí se haya suscitado ningún problema racista, religioso ni de otra índole.
Es un gran error, sin duda perseguido por la hipocresía u otros fines ocultos, mandarles recursos a los que resisten en algunos enclaves. El mejor servicio que podía prestárseles es aconsejarles que dejaran de oponer resistencia para que la armonía se restableciera de nuevo y todo fuera como en el casi medio siglo pasado.-
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