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Claves históricas para buscar explicación a un polvorín

Miguel Ángel Villena

M. Á. V. Imbuidos de razones históricas en los Balcanes, donde la historia aparece como la asignatura preferida incluso para aquellos que no han acudido a la escuela, serbios y albaneses defienden con vehemencia sus reclamaciones en Kosovo.

Mientras la mayoría albanesa sostiene que son descendientes de los ilirios y llegaron antes a Kosovo, los serbios explican que los eslavos reemplazaron a aquellos pueblos en los siglos VII y VIII. Pero el conflicto adquiere mayor virulencia al considerar la minoría serbia que en Kosovo se encuentra precisamente el origen de su patria.

El presidente serbio, Slobodan Milosevic, reunió en 1989 a un millón de partidarios para celebrar el 6000 aniversario de la batalla del Campo de los Mirlos. Este combate, en el que los serbios sucumbieron ante el Ejército otomano, figura todavía hoy como un símbolo para los políticos de Belgrado.

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A finales del siglo XVII, la irrupción de las tropas del Imperio Austro-húngaro se tradujo en la huida masiva de los serbios para escapar de la represión. A partir de ese momento, los albaneses se convirtieron en la etnia mayoritaria en el país, y su mayor tasa de crecimiento demográfico ha aumentado todavía más las diferencias en las últimas décadas.

La 'gran Albania'

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Pero los litigios contemporáneos arrancan de la Conferencia de Londres de 1913, cuando las potencias occidentales decidieron dividir la nación albanesa y adjudicar el control de Kosovo a Serbia y Montenegro. Los albaneses no han aceptado jamás esta separación, y el temor a una gran Albania sirve a los serbios de pretexto para denunciar un intento de eliminación física por parte de sus vecinos.

Tras el final de la II Guerra Mundial, el mariscal Josip Broz Tito impuso una solución, dentro del marco de la federación yugoslava, que no satisfizo a ninguna de las dos partes, pero que se mantuvo en un equilibrio precario durante casi medio siglo. Kosovo pasó a ser una provincia autónoma años después, tras la aprobación de la Constitución yugoslava de 1974, que respetó buena parte de los derechos nacionales y culturales de la población albanesa.

La paulatina desintegración de Yugoslavia a finales de la década de los ochenta precipitó los enfrentamientos y condujo a la instauración de un auténtico estado de ocupación militar por la minoría serbia.

Los albaneses de Kosovo comentan con una mezcla de ironía y dramatismo que han demostrado de verdad que apuestan por la paz. Todos pensaban que el estallido de la guerra comenzaría en este país, pero Croacia y Bosnia-Herzegovina ya han sido y son campo de combates y crueldad, mientras los albaneses mantienen su resistencia pacífica. ¿Hasta cuándo?

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