Por favor, hagan algo

Somos tres mujeres bosnias refugiadas en España. Nuestros maridos siguen en Sarajevo. Cuando abandonamos nuestra castigada ciudad no pudieron acompañarnos. Allí se quedaron, obligados por las circunstancias. No les autorizaron a salir. No tenían obligaciones militares, pero a los hombres les prohibieron acompañarnos. Desde que llegamos a España, la organización que nos acogió en La Eliana (Valencia) nos brindó todo lo que necesitábamos para vivir: casa, manutención, colegio para los niños, etcétera, y, lo que es más importante, todo el calor humano que pudieron damos. Sólo nos faltan nuestros maridos. Nuestros hijos nos preguntan cada día cuándo van a venir, por qué siguen allí. No tenemos respuesta. ¿Qué decirles? ¿Cómo explicarles que sus padres están pasando penalidades increíbles para ellos, que tienen ahora todo resuelto, y que sus vidas corren un continuo peligro? Llegamos a España el día 3 de diciembre. Hace ya casi dos meses que facilitamos a la organización que nos acoge los nombres y demás datos de nuestros maridos, que fueron remitidos por el Ayuntamiento de La Eliana a la Oficina de Derechos Humanos del Ministerio de Asuntos Exteriores. Más adelante los hicieron llegar a la oficina de la mesa de coordinación sobre el programa de refugiados creada hace varias semanas en Madrid y constituida por distintas entidades oficiales. Nadie nos responde. ¿Qué podemos hacer? Sabemos que España tiene una activa presencia en nuestro sufrido país, y que la Legión, al servicio de la ONU, llega a Sarajevo. ¿No podría el Gobierno español conseguir que nuestros maridos pudieran salir ya? Hemos recibido con gratitud la generosidad de España al acogernos, pero estaríamos dispuestas a irnos a otro país si ésa fuera la condición para reunirnos con ellos. Sabemos que antes de que viniéramos hubo intentos por traer niños de la ex Yugoslavia, víctimas de la guerra. Sabemos que no fue posible porque se debía dar prioridad a los núcleos familiares frente a los individuos aislados. Ése era el criterio del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, y también el de las autoridades españolas. ¿Sigue siendo válido? ¿Por qué no se, reunifican nuestras familias, y las de cientos de ciudadanos de Bosnia que han sido acogidos en España? Las convenciones de Ginebra y otras sobre derechos humanos y de los refugiados deben de decir algo al respecto. Nadie puede calibrar la angustia con que vivimos cada día las noticias de los bombardeos y padecimientos de Sarajevo. No tenemos ningún contacto directo Posible con nuestros maridos. No pretendemos ni ser exigentes ni parecer desagradecidas con todo lo que España ha hecho por nosotras y nuestros hijos, pero creemos que España debe asumir el compromiso de sacar de Sarajevo pronto a nuestros maridos. Mañana ya puede ser tarde. Por favor, hagan algo ya.-