"A mi derecha, Ferrer Salat"
Felipe González se presentó ayer -flanqueado por tres ministros: el de Economía, Carlos Solchaga; el de Obras Públicas y Transportes, José Borrell, y el de Trabajo, Luis Martínez Noval- ante la flor y nata del empresariado español, con el presidente de UNICE, la patronal europea, Carlos Ferrer Salat, a la cabeza. González trató de convencer a un empresariado irritado por la crisis y alentado por las afirmaciones duras contra la ley de huelga que poco antes había formulado el líder de la patronal CEOE, José María Cuevas. Cuando llegó González, Cuevas ya no estaba en la reunión. El ambiente era tenso, de tal manera que el presidente de la API), Claudio Boada, pidió "sosiego". Estas palabras tuvieron eco en los empresarios. González hizo, incluso, alguna chanza como cuando, refiriéndose a Carlos Ferrer Salat, que se encontraba a su lado, dijo: "Está a mi derecha sólo geográficamente". La intervención de González fue acogida, con tímidos aplausos. No irritó, pero tampoco convenció.
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