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División y estupor entre los socialistas franceses ante la propuesta de Rocard de disolver el partido

El big bang deseado por Michel Rocard quizá no se materialice nunca, pero, en todo caso, la propuesta de¡ principal aspirante socialista a la sucesión de François Mitterrand ha caído como una bomba en plena campaña electoral francesa. En la noche de¡ pasado miércoles, Rocard entonó la oración fúnebre de¡ Partido Socialista (PS), fundado en 1971 por Mitterrand, y propuso que, tras las legislativas del próximo mes, se integre en un movimiento abierto a los ecologistas, los centristas , los comunistas renovadores y los defensores de los derechos humanos. Los socialistas franceses estaban ayer estupefactos y divididos.

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En un acto electoral celebrado en Montlouis-sur-Loire, localidad próxima a Tours, Rocard dio por hecha la derrota del PS en las legislativas e invitó a sus militantes a apostar por un futuro que él está dispuesto a encarnar en la próxima batalla por la presidencia de la República. El ex primer ministro de Mitterrand fue aún más lejos: enterró al PS y esbozó una nueva perspectiva para la izquierda francesa y europea.¿Por qué Rocard, que pensaba implicarse lo menos posible en la desastrosa campaña electoral socialista, ha asumido ese riesgo? Uno de sus colaboradores afirmaba ayer que se ha dado cuenta de que, si quiere salvar su propio futuro político, tiene que decir a los franceses lo que piensa de veras, y eso, antes de la materialización de la derrota electoral socialista.

Rocard, según ese colaborador, piensa que "los socialistas van a pagar en las legislativas una factura que no es la suya, sino la de Mitterrand, y quiere que los franceses tengan esto muy claro". El ex primer ministro también quiere hacer comprender al PS que "hay que acortar la dolorosa agonía del mitterrandismo".

Pero Mitterrand no parecía anoche enfadado con Rocard. El presidente contó que su ex primer ministro le visitó el pasado martes para leerle el discurso que iba a pronunciar en Montlouis-sur-Loire. Y añadió: "No hay que tener miedo de, como propone Rocard, ampliarse, ensayar todas las coaliciones y reuniones posibles. Pero yo creo que habría que empezar por reunificar el PS, por hacer que reencuentre su unidad y su mensaje. Si los socialistas lo consiguen podrán seguir siendo fieles a sus orígenes, podrán renovar sus ideas y, a partir de ahí, las propuestas de Rocard merecen ser estudiadas".

En Le Monde, el caricaturista Plantu lo vio así: un avión con el emblema de la rosa socialista desciende en picado y arrojando humo; los principales líderes del PS caen al vacío sin paracaídas; Rocard le dice a Laurent Fabius: "Propongo subir en otro avión"; Fabius responde: "De eso nada".

Oposición de Fabius

Y es que, en la misma noche del miércoles, en Montlouis-surLoire, Fabius, primer secretario del PS, rechazó la propuesta de Rocard, al que tenía al lado. Tras calificar de "miope" a su correligionario, Fabius dijo: "Yo no confundo la necesaria renovación con la práctica de un haraquiri colectivo. Disolver el PS en un magma sería un error. Algunos de nuestros dirigentes están tentados por un giro total a la izquierda; otros, por la disolución; yo sigo predicando la identidad y la renovación".

En el seno del Partido Socialista reinaba ayer una gran división de opiniones. Algunos dirigentes aplaudían a Fabius; otros, a Rocard. "Rocard quiere darle una esperanza y una utilidad a la izquierda; ha hecho el llamamiento que necesitábamos en el momento preciso", afirmó Jean Paul Planchou, vicepresidente del grupo parlamentario socialista. El actual primer ministro francés, Pierre Bérégovoy, también declaró ayer que está "de acuerdo con el análisis hecho por Rocard".

Pero Bérégovoy tuvo ayer que responder a nuevas preguntas sobre el préstamo sin intereses de 20 millones de pesetas que recibió en 1986 de un industrial implicado en escándalos de corrupción. El primer ministro no ha podido probar de modo convincente que devolvió ese préstamo. "Me remito a la acción de la Justicia", dijo Bérégovoy.

La iniciativa de Rocard fue muy bien acogida por algunos de los más populares compañeros de viaje del PS. "El big bang de Rocard es una perspectiva exaltante", afirmó Bernard Kouchner, ministro de Sanidad y Acción Humanitaria, quien se declaró "apasionado7 por el proyecto.

Las otras fuerzas políticas invitadas por Rocard a participar en el futuro movimiento político reaccionaron de modo negativo. Los centristas manifestaron que mantendrán su alianza con los gaullistas. Los ecologistas defendieron su Independencia. El líder antirracista Harlem Désir declaró: "Rocard es lúcido al darse cuenta de que no cabe esperar nada del PS y de que hace falta la emergencia de una nueva fuerza política, pero para eso están los verdes. Ellos son el pilar de un gran movimiento demócrata, social y ecologista".

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