Un gran sarcasmo
Reivindicar Sarajevo mientras se la bombardea, he aquí el gran sarcasmo. El hoy comandante serbio Radomir Kojic, por ejemplo, dice que dejó atrás su propiedad: un centro comercial, un bar y una oficina de 300 metros cuadrados, valorados en dos millones de marcos (142 millones de pesetas).Sonja Karadzic, hija del líder de los serbios de Bosnia, explica por qué está en Pale: "Porque quiero sentir Sarajevo, mi ciudad, donde están mis recuerdos. Si no, estaría en Belgrado, con muchos de mis amigos". Los que se fueron, como Slavisa Rakovic, jefe del Gabinete de Radovan Karadzic, repiten que los 50.000 serbios que siguen en Sarajevo "viven en unas condiciones muy malas".
En 10 meses de guerra los serbios han establecido cuatro regiones en el 70% del territorio de Bosnia que abarca su autoproclamada república: Bosanska Krajina, con sede en Banja Luka; Semberija i Majevica, con sede en Bijeljina; Romanija, con centro en Sarajevo, y Herzegovina occidental, en Trbinje.
"Controlamos una gran parte de la tierra, pero económicamente significa poco. Los musulmanes tienen las zonas con los mejores recursos naturales y los grandes centros industriales como Tuzla, Zenica, Sarajevo o Mostar", dice Branimir Mandic. "Estamos dispuestos a sacrificar una parte del territorio para conseguir un arreglo pacífico, y quedarnos entre el 55% y el 65%". "Una solución étnica"
Una amplia mayoría de los serbios entrevistados define esta guerra como "una guerra étnica que exige una solución étnica". Más claramente, la división de Bosnia-Herzegovina entre serbios, croatas y musulmanes. Este razonamiento implica necesariamente una aberrante limpieza étnica para purificar los territorios. Algunos, como Branimir Mandic, admiten que este proceso está prácticamente culminado, lo que les permite proclamar que en los territorios bajo control de las fuerzas serbias sus habitantes "son serbios en un 95%".
"Éramos la nación mayor en la antigua Yugoslavia, teníamos los mismos derechos que las otras naciones", dice Rakovic. "Si Bosnia-Herzegovina hubiera permanecido en Yugoslavia, la situación habría sido totalmente distinta. En el referéndum de febrero de 1992, los serbios nos sentimos expulsados. Alija Izetbegovic siempre ha jugado a presidente de la nación, cuando en realidad no es sino presidente de la Presidencia. Ha modificado la Constitución cuando y como ha querido. Si aceptara el Gobierno transitorio propuesto en el plan de Cyrus Vance y David Owen, perdería su poder, porque sólo es presidente de los musulmanes".
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