Asociaciones de inmigrantes afirman que sufren acoso policial en el centro
La presencia policial en el centro de Madrid va en aumento. Si hasta hace dos meses se trataba de los traficantes de droga, ahora son los emigrantes el objetivo de la vigilancia. Así lo denuncian varias asociaciones de inmigrantes, entre ellas la Asociación de Emigrantes Marroquíes en España (AEME), la Asociación de Inmigrantes Senegaleses (AISE) y el Comité Latinoamericano. Hablan del "el acoso policial que sufren los trabajadores extranjeros en la zona de Latina, Tirso de Molina, Lavapiés, Antón Martín y Gran Vía".Riduan Asouik, de AEME, explica: "Hace dos meses se incrementó la presencia de agentes en Lavapiés ante las protestas vecinales por el aumento de traficantes de droga. Ahora, los camellos se han marchado y los policías siguen acosándonos a nosotros". Otro miembro de esta asociación, Abdelmajid Acudad, de 29 años, y Boris Dante Echegaray, vinculado al Comité Latinoamericano, han recurrido al Defensor del Pueblo para denunciar "malos tratos policiales" cuando, el 1 de febrero, varios agentes les interceptaron en Lavapiés.
El número del zapato
"Caminábamos por la calle de Valencia, cuando seis o siete policías nacionales que venían detrás nos agarraron por la espalda, nos pidieron la documentación, se la dimos y nos empujaron a un portal, donde nos pusieron contra la pared y nos propinaron fuertes patadas en las piernas para separárnoslas", explican. "Nos dijeron que nos podíamos marchar, pero cuando solicitamos su identificación para denunciar cómo nos habían tratado nos la negaron y respondieron: el número de mis zapatos es el 44", añaden. Según la Jefatura Superior de Policía, "se dedicaron a insultar a los agentes cuando les pidieron la documentación y se negaron a enseñarla alegando que ellos no entregaban sus papeles a unos torturadores racistas".
A consecuencia de estos hechos, los dos inmigrantes permanecieron detenidos durante 60 horas por "resistencia e insultos a la autoridad". De la comisaría de Mediodía fueron trasladados a la de Sol, y de allí, a los juzgados de la plaza de Castilla, donde quedaron en libertad.
Un representante de la asociación de senegaleses mostró su preocupación ante estas situaciones. Puso un ejemplo reciente: "El lunes, la policía llegó a un piso del 116 de la calle de Atocha, donde viven 10 chicos africanos, les sacó de la casa y registró el inmueble, todo ello sin dar explicaciones", relata. "Son vendedores ambulantes, no delincuentes; quizá algún vecino está molesto porque en ocasiones se juntan hasta 20 en un piso, pero eso no es motivo para irrumpir así en una vivienda", argumenta.
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