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Reportaje:

También son mis hijos

Padres separados acusan a la justicia de favorecer a la madre al adjudicar la custodia

"Tuve que luchar duro. Creo que los padres estamos un poco desamparados en este asunto", dice Luis Miguel Atienza, electricista de 39 años, cuando relata cómo consiguió la custodia de su hijo, al separarse de su mujer, hace ocho años. Son las dos expresiones que acuden con más frecuencia a la boca de algunos padres separados. Padres jóvenes que consideran que la justicia y la sociedad priman la figura de la madre, aunque reconocen que la peor parte la siguen llevando las mujeres. Los expertos niegan que los jueces tiendan a discriminar al padre en favor de aquéllas.

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Discriminación positiva

"Yo consideraba que ella, en ese momento, no estaba en condiciones de atenderle y temía que no me dejara verle", dice Luis Miguel Atienza para explicar por qué pidió la custodia de su hijo. En las medidas provisionales, la custodia se concedió a la madre y se estableció que Luis Miguel le pasara una pensión alimenticia de 25.000 pesetas mensuales."Fueron al colegio para llevarse al niño contra su voluntad", prosigue. Luis Miguel podía verle un día a la semana. "¿Por qué tenía que renunciar a estar con él después de haberle atendido en cada momento, igual que mi mujer?", se pregunta. La sentencia de la separación le dio la razón. El niño, ya con siete años, expresó su deseo de permanecer con su padre. Su esposa se negó durante dos años a pagarle la pensión alimenticia de 15.000 pesetas mensuales fijadas por el juez. Aún hoy, después de cinco años de requerimientos judiciales, sigue pasándole el mismo dinero, sin las revisiones y los atrasos. "Ella me decía: 'paga tú, que tienes la custodia...", cuenta Luis Miguel.

Este padre reconoce que normalmente ocurre al revés, pero cree que hay muchos padres a los que se les niega injustamente la custodia que pierden a sus hijos. "Se ha amparado siempre a la mujer", dice.

Elisa Veiga, juez de familia. de Madrid, opina que esto es un reflejo de la realidad social, aunque señala que cada vez más padres solicitan la custodia de sus hijos en pie de igualdad. "Los padres ayudan, pero son las madres las que, de forma aplastante, siguen ocupándose cotidianamente de los hijos, y esto es decisivo en la valoración de un juez. Otro problema es que muy pocos padres solicitan, en realidad, la custodia".

La mayoría de los procesos de separación se producen de mutuo acuerdo, según explica Veiga, y se aprueban si n ninguna modificación judicial. Según los datos de un juzgado de familia de Madrid, de 985 caso! de separación vistos en 1.991, 616 fueron de mutuo acuerdo y el 92% de las parejas pactó la custodia para la madre.

Dedicación de la madre

En los contenciosos, la custodia se atribuyó en un 89% de los casos a la madre. "Muchos padres piden la custodia sobre el papel, pero lo hacen para que sus hijos sepan que la han pedido y reconocen que están mejor con la madre", añade Veiga. Cuando hubo una contradicción real y se atribuyó a la madre (en un 63% de los casos), la razón fue siempre una mayor dedicación por parte de ésta.Veiga reconoce, sin embargo, que algunos jueces pueden dejarse influir, en ocasiones, por el entorno, "y es evidente el papel tan fuerte que ha jugado y sigue jugando la madre en este país". Inmaculada Barroso, abogada, señala que "es cierto que, en algunos casos en que se reclama la custodia en igualdad de condiciones, que son excepcionales, el padre tiene que pelear el doble y demostrar más cosas que ellas".

Desesperación es la palabra que utiliza Andrés Marín, educador, de 34 años, padre de una niña de dos años y medio, a la que sólo ha visto dos veces en los últimos seis meses. La separación de mutuo acuerdo llegó en febrero de 1991, tras seis años de matrimonio. "Ella empezó a ponerme pegas para que yo viera a la niña, alegando que se encontraba muy deprimida por la separación, hasta que se negó a que hubiera ningún régimen de visitas y acabamos en un contencioso", cuenta. En la medidas provisionales siguió sin fijarse esta posibilidad, con el argumento de que se trataba de una niña muy pequeña. El juez, en la sentencia que llegó en octubre del pasado año, reconoció el derecho de Andrés Su ex mujer recurrió la sentencia y sigue negándose a que Andrés vea a la niña. Andrés ha interpuesto 10 denuncias.

"¿Qué puedo hacer? Los informes psicológicos me declaran apto como padre. A menos que denuncie a mi mujer por desobediencia al juez y pueda demostrarlo, parece que no tengo nada que hacer. Y, mientras tanto, la justicia no puede garantizarme que yo no pierda la relación con mi hija", afirma. Como Luis Miguel, Andrés cree que, aunque responde a una realidad frecuente, prima siempre la figura del mal padre. "Las mujeres a veces caen en un cierto victimismo y utilizan a los hijos para hacer un chantaje emocional", asegura.

Ángel González, director de recursos humanos de 33 años, separado de mutuo acuerdo de su mujer hace tres, piensa que su situación es claramente injusta. "Yo me di cuenta, desde el principio, de que a mí me tocaba ser el pagador en esta historia", asegura. "Consigues un régimen de visitas más amplio a cambio de pagar más, como si ver a tus hijos fuera alquilar una película de vídeo", añade. Él convive regularmente con sus dos hijas, de 10 y 5 años, y mantiene una relación "más o menos cordial" con su ex mujer, que tiene la custodia.

Ángel considera que debería revisarse la forma en que se establecen las pensiones alimenticias (entre el 30% y el 40% de los ingresos de cada cónyuge). "Se hace un cálculo de lo que ganas y de las necesidades de los niños. Pero no se tiene en cuenta que tú debes alquilarte una nueva casa y montártela de arriba abajo, además de todo lo que necesitan tus hijos cuando están contigo", razona.

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