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Toda la noche se oyeron pasar gaviotas

Algún día hará muchos días que Aznar es el presidente del Gobierno y a muchos les parecerá increíble que haya pasado tanto tiempo desde aquel febrero del 93 en que el líder conservador se vestía de largo como candidato con posibilidades: aquel fin de semana tan lleno de pájaros -gaviotas y mirlos- en que el nieto de don Manuel Aznar se dirigía al undécimo congreso del Partido Popular para anunciar que estaba a punto de descubrir América. El congreso proporcionó algunas pistas para adivinar quién será el Solchaga de un Gobierno popular, quién el nuevo Guerra, si habrá algún Judas, por quién será Aznar capaz de jurar: "dos por uno". Ese día ¿añorará la gente a González, considerará imbatible a Aznar, estará harta de ver pasar gaviotas por televisión?Si las elecciones son en octubre y Aznar las gana, será presidente electo a la misma edad, 40 años y 8 meses, en que lo fue González. La misma cara de sorpresa que los conservadores pusieron en 1982 se les está dibujando ahora a los socialistas. Excepto él mismo, nadie confiaba en Aznar cuando Fraga le entronizó como sucesor. El mirlo blanco venía de la presidencia de Castilla y León. No contaba con un pasado conocido. Un periodista le preguntó en televisión por qué no había combatido a la dictadura y respondió que porque cuando murió Franco él estaba en la Universidad: como decir que alguien no puede ver el mar porque vive en un barco.

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A la edad que tenía Aznar cuando murió Franco, su famoso abuelo ya conspiraba por causas diversas: es sabido que Manuel Aznar Zubigaray, un navarro de Etxalar que murió diez días antes que el caudillo, fue uno de los periodistas más caracterizados del franquismo, y antes que eso un republicano conservador y director de El Sol; pero no estan conocido que en su juventud fue nacionalista vasco al parecer, lo bastante radical como para -según recoge su coetáneo Fidel Rotaetxe- ver rechaza da la representación de una obrita de teatro que había escrito, El jardín del mayoral, por ser considerada por la sección juvenil del PNV "rabiosamente antiespañola".

El pacto con los nacionalistas

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En el XI Congreso se ha hablado bastante de la unidad de España. Uno de la vieja guardia alertó sobre los peligros disgregadores de la propuesta fraguista de Administración única, y sobre el riesgo añadido de: dejar la defensa de esa unidad en manos del PSOE. Finalmente, la propuesta, que cabe considerar cuasi federal, fue aprobada con sólo cinco votos en contra: algo muy significativo si se recuerda -ya lo hizo el de la vieja guardia- que el PP estuvo en contra del Título VIII de la Constitución y de los estatutos catalán y vasco. El problema del, PP es que si se mueve un poco más hacia el centro, como le animan algunos entusiastas, arriesga perder los apoyos de ese núcleo de votantes de derecha que convirtió a AP en primera fuerza de la oposición.

Algunos comentaristas han insistido en la imposibilidad de que gobiernen los populares mientras no sean capaces de pactar con los nacionalismos periféricos; sin embargo, lo que se deduce de los datos es que el problema reside más bien en la renuncia de los conservadores a disputar a los nacionalistas vascos y catalanes los votos del electorado moderado: los que obtuvo la UCD en 1977 y 1979 (en torno al 16% en ambas comunidades) y que luego pasaron al PNV y Convergéncia. Difícilmente los recuperará el PP con propuestas que desbordan las de los nacionalistas, lo que obliga a éstos a elevar su propia apuesta.

Todo el mundo cambia, y el PP, también. Así lo reconoció el otro día el presidente del XI Congreso, Alberto Ruiz Gallardón. De hecho, ya sólo Abel Matutes, de entre los 2.800 compromisarios, llevaba una camisa de esas que tienen el cuello blanco y el resto de otro color. Aznar dice que siempre ha sido partidario de la moderación, y aunque no era moderado el partido al que se afilió hace 14 años -favorable entonces a la pena de muerte; contrario al divorcio y a la despenalización del aborto-, es cierto que ahora sí parece querer serlo. Desde que se vio confirmado en el cargo -tras pasar el examen que Hernández Mancha no había superado- Aznar y sus colaboradores, con Álvaréz Cascos en el papel de martillo, han desplegado una estrategia consistente en la repetición de una sola idea: hay mucha corrupción, y González es el máximo responsable. A partir de 1992 se añadió que lo era también de la crisis y el paro. Lo malo de hacer de martillo es que al final sólo se ven clavos: a un crítico que protestó por la no celebración de congresos regionales, el secretario general le respondió: "No estamos aquí para hacer congresos, sino para ganar elecciones".

Corrupción

En su intervención en el programa de Mercedes Milá, Aznar cifró la diferencia entre la actitud de su partido y la del PSOE frente a la corrupción en la creación por el PP de una comisión interna de investigación sobre el escándalo Naseiro. Sin embargo, no dijo que el principal objetivo de esa comisión fue exculpar al propio Aznar y a Fraga, citados en las cintas, y en cambio dio por hecho que el sobreseimiento de la causa equivalía a la declaración de inocencia de sus respectivos responsables de finanzas. Las propuestas económicas presentadas por Rodrigo Rato podrán ser acusadas de incoherencia en algunos aspectos, pero la relación entre estímulo al ahorro y creación de empleos resulta muy atractiva en estos momentos: responde a la vez a la inquietud fiscal de las clases medias y al temor al desempleo de todos. Y el compromiso de poner fin al despilfarro de la administración y de impulsar un estilo más austero de gobernar tiene gancho. Sobre todo allí donde no existe experiencia de la gestión, municipal o autonómica, de los populares.

Pero América está cerca, y los alisios soplan favorables. Y se han visto gaviotas: pajaros de plumaje tupido, blanco, con el dorso ceniciento; negras, pero de extremo blanco, las tres penas mayores de las alas; pico anaranjado y pies rojizos.

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