Una periodista de cotilleo logra aplazar el cierre del diario más antiguo de EE UU
Minutos antes de decretar su cierre, el periódico más antiguo de EE UU de publicación ininterrumpida, el New York Post, consiguió el domingo una nueva inyección monetaria que le permitirá estar en los quioscos otro mes. La salvación de última hora del New York Post tuvo la misma impronta sensacionalista que han marcado sus 192 años de historia. La columnista Cindy Adams movilizó a todos sus conocidos hasta dar con un billonario capaz de hacerse cargo de los 28 millones de pesetas de pérdidas semanales del diario.
Steven Hoffenberg, un empresario del sector sanitario, telefoneó la noche del domingo al actual propietario del New York Post, Peter Kalikow, para ofrecer las garantías económicas que los bancos le negaban Ofrecía un apoyo a corto plazo de 300.000 a 500.000 dólares por semana (entre 33 y 55 mi llones de pesetas).Cuando la oferta se produjo, los periodistas estaban ya recogiendo sus efectos personales y el encargado de mantenimiento del diario estaba listo para desconectar para siempre la corriente eléctrica del edificio de South Street.
Poco tiempo después de que la periodista, Andrea Peyser declarara su rendición diciendo: "En esta historia, como en tantos de los artículos que hemos publicado, no hay un final feliz", la adrenalina de la nueva esperanza volvía a recorrer la redacción. En pocos minutos, el periódico se deshizo de su
artículos de adiós y se preparó para salir a la calle quintuplicando sus 10 centavos deprecio y con un victorioso titular: "Nunca te des por muerto".
Antes de la recesión
El actual propietario del diario, el empresario inmobiliario Peter Kalikow, confirmaba la noticia a las nueve de la noche del domingo y se congratulaba de que el diario volviera a nacer sobre sus ceniza s. Kalikow compró el New York Post a Rupert Murdoch en 1988 por 37 millones de dólares (unos 4.000 millones de pesetas) poco tiempo antes de que la recesión afectara a sus negocios inmobiliarios y le obligara a acogerse a la ley de suspensión de pagos. El New York Post empezó en aquel momento a sobrevivir con una línea de crédito del Bankers Trust.Las pérdidas del diario que llegaron a alcanzar el medio millón de dólares por semana, provocaron un ultimátum por parte de los bancos que decidieron congelar sus créditos de 100 millones de dólares a partir de las seis de la tarde del domingo.El gobernador del Estado, Mario Cuomo, un cardenal y un senador trataron en los últimos días de encontrar inversores para salvar el tradicional tabloide.
Al final, fue la columnista de cotilleo social, Cindy Adams, la que dio con el empresario que arriesgará su dinero para negociar con los 700 trabajadores y los bancos un nuevo plan de viabilidad para un periódico que no ha dejado de salir al mercado ni un sólo día desde que fue fundado en 1801 por Alexander Hamilton.
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