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Gil consiente que el Benfica fiche a Futre

Paulo Futre dejó de ser ayer jugador del Atlético de Madrid. El futbolista portugués compró su carta de libertad por unos 600 millones de pesetas y firmó un contrato con el Benfica, de Lisboa, por lo que queda de temporada y las cuatro próximas. El acuerdo alcanzado entre Jesús Gil, el jugador y Jorge Brito, el presidente del Benfica, después de casi cuatro horas de reunión, incluye unas cláusulas de indemnización de 500 millones si Futre se va a un equipo italiano la próxima temporada o si vuelve al fútbol español antes de tres años, y de 1.000 millones si ficha por el Real Madrid.

Jesús Gil lo intentó de todas las maneras. Trató de convencer a Paulo Futre para que se queda ra en el Atlético al menos hasta el final de temporada. Le aseguró que le traspasaría entonces, incluso, por menos dinero y que estaba dispuesto a firmarlo ante notario. Pero no hubo forma. Futre estaba decidido a acabar su trayectoria en el Atlético.Gil estaba triste, con el ánimo más decaído que nunca: "Es un día triste. El daño a la entidad es grande, pero no se puede retener a nadie contra su voluntad. Como responsable del club podía haberme opuesto [a Futre le quedaban tres años de contrato con el Atlético], pero no conducía a nada. Prefiero dejar un amigo que una discusión".

La trascendencia de la jornada no impidió que Futre ejercitara su costumbre preferida: dormir, desde las 21.30 del domingo hasta las 13.00 de ayer. Después, acudió al aeropuerto para recibir al presidente y varios directivos del Benfica; más tarde se dirigió junto a ellos a la sede del partido político de Jesús Gil, el Grupo Independiente Liberal (GIL). Tras casi cuatro horas de reunión, el portugués dijo: "Lo siento por la afición, por mis compañeros y por la directiva, pero hace tres semanas decidí que mi ciclo aquí se había acabado. Echaré de menos a mucha gente, pero creo que ha sido lo mejor para todos".

Tanto Gil como Futre ha blaron de Luis Aragonés, el responsable de los deseos de fuga del portugués por unas críticas hacia él tras el último derby. "Cada uno es responsa ble de sus acciones", dijo Gil, "Luis pretendió incentivar al jugador, pero todo le salió al revés". El jugador no quiso cargar culpas sobre el entrenador, con el que no ha hablado desde el incidente: "Tuve una relación buena con Luis. No hay lugar para el rencor, aunque me debió decir a la cara lo que dijo en la prensa".

Anuncio de fichajes

Gil asumió con resignación la marcha del que fue su buque insignia desde su acceso a la presidencia del club, hace cinco años y medio: "Los clubes continúan. Futre ha sido un jugador importantísimo, pero hay que mirar hacia delante. Todo lo que ha ocurrido ya me da igual, sólo pienso en el futuro. Más que un fracaso, su marcha supone una frustración. Le echaremos de menos, pero mi obligación es traer a otro jugador espectacular. Habrá fichajes para la próxima temporada y para ésta. De todas formas, ya veníamos buscando un fichaje a pesar de lo de Futre". El presidente del Atlético se mostró muy preocupado por la crítica situación que vive su equipo. "Lo más importante ahora", explicó, "es sacar adelante al Atlético, que se está acostumbrando a perder puntos. Estamos muy preocupados. Sobre todo, porque el equipo está resignado a perder ante cualquiera. Hemos entrado en esa inercia y es lo último que le puede pasar a este equipo. La situación es de lo más negra que había podido concebir. Lo más grave es que ya no infundimos respeto a nadie".Jesús Gil se mostró partidario de apostar por la continuidad del técnico, aunque no dio sensación de estar muy convencido: "Luis dice que el equipo no se le ha ido de las manos. Me preocupa que los jugadores no estén mentalizados para hacer lo que dice el entrenador. Creo que si él entiende que no es capaz de levantar esto se irá. De momento, sigue. Pero un club vive de resultados. Todo tiene un límite, es lógico".

Cuando se le indicó que no había dejado muy clara la continuidad del técnico, Gil dibujó aún más dudas: "El equipo necesita un revulsivo. No sé cuál será la solución, pero la tendré que tomar mañana". El presidente se confesó demasiado abatido por la marcha de Futre para tomar más decisiones en un sólo día. El futuro de Luis está en cuarentena.

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