Presos de ETA secundan la protesta por el asesinato de José Ramón Domínguez
Los internos de la prisión de Martutene, entre los que se encuentran 13 miembros de ETA, se reunieron ayer en el patio de la cárcel y permanecieron en silencio durante cinco minutos, según fuentes de la prisión, mientras los funcionarios secundaban la convocatoria de protesta por el asesinato del educador José Ramón Domínguez Burillo, burgalés de 35 años. Algunos presos expresaron con lágrimas la tristeza por la muerte violenta del funcionario de prisiones.
Las reclusas de la cárcel donostiarra hicieron una colecta para comprar una corona de flores para el funeral en Burgos. Un funcionario del centro indicó que "incluso se han acercado hoy ex reclusas para aportar dinero".A mediodía, la prisión de Martutene, en la que durante siete años había trabajado Domínguez, permaneció en silencio. Los funcionarios y los internos callaron durante cinco minutos. Los presos prorrumpieron en aplausos al concluir la protesta, incluidos los etarras, según un funcionario del penal. Algunos de los trabajadores del centro no podían ocultar su emoción cuando vieron a algunos internos llorando por los pasillos cuando se conoció la muerte de Domínguez.
El dirigente de HB José María Olarra dijo ayer: "Hay una constatación evidente: que la violencia del Estado y de los partidos que lo sustentan no es equiparable a la violencia política de ETA... que la desarrolla a través de la lucha armada".
El presidente del Tribunal Superior Vasco, Juan Bautista. Pardo, calificó de "grotesco" que quienes justifican los crímenes de ETA invoquen el nombre de la justicia cuando son ellos los que la niegan con sus propios actos. "Los únicos responsables de las muertes que comete ETA son los que las materializan e hipócritamente las justifican", dijo.
La policía desactivó anoche dos artefactos incendiarios colocados en una habitación del hotel Aranzazu y un tercero en el hotel Costa Vasca, ambos de San Sebastián. Las bombas estaban compuestas por botellas de cámping-gas y gasolina. Además, un falso aviso de bomba obligó a desalojar el hotel Londres, donde tenían previsto alojarse los jugadores del Barcelona, que hoy se enfrentarán a la Real Sociedad en partido de fútbol, donde se guardará un minuto de silencio.
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