España, fiel aliado de EE UU

España se ha comportado como uno de los más fieles aliados de EE UU desde que se iniciaron los ataques contra Irak, sin que ni el Gobierno español ni la principal formación de la oposición, el PP, hayan expresado la menor discrepancia o el menor matiz con el castigo a Sadam Husein.El inquebrantable apoyo a EE UU obedece al convencimiento de la diplomacia española, confirmado en Ammán por el ministro de Exteriores, Javier Solana, de que para los gobiernos árabes, Sadam "es una catástrofe". Sus quejas por los ataques inciden sobre todo en su descontento ante la dureza de Occidente con Irak y su paralela debilidad con Israel, que también infringe resoluciones de la ONU.

De ahí que el Gobierno español haya puesto más énfasis, según fuentes diplomáticas, en reconocer el "doble rasero" con que la comunidad internacional juzga a Irak y a Israel y en actuar en el Consejo de Seguridad, aunque con cautela para no indisponer a EE UU. [El embajador de Israel en España, Yaacov Cohen, aseguró ayer que las críticas de la CE contra su país son parciales y tienen cierto grado de hipocresía, informa Efe].

Solana fue, el miércoles, uno de los primeros ministros occidentales en dar su respaldo a los bombardeos a Irak. Declaró que la acción era legítima, cosa que repitió ayer mismo en Ammán. Seis días después, en su único comentario sobre la cuestión, el presidente del Gobierno, Felipe González, consideró proporcionada y legal la réplica aliada a las provocaciones de Sadam, y acusó a aquellos que la critican de olvidar el origen del conflicto.

Mientras, surgían en varias capitales europeas las primeras voces discrepantes. En Italia, por ejemplo, el líder socialista Bettino Craxi aseguró que la acción militar sólo agrava los problemas existentes. En el Reino Unido, los laboristas pedían nuevas resoluciones de la ONU que den mayor sustento a las represalias aliadas, y en Francia el ministro de Exteriores, Roland Dumas, afirmó el miércoles ante el Consejo de Ministros que el ataque del domingo 17 contra un centro nuclear cerca de Bagdad excedía lo autorizado por las resoluciones de la ONU.