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Israel impide cruzar la frontera con Líbano a familiares de los deportados

Varias decenas de policías y guardias fronterizos rechazaron ayer a unos 300 palestinos e israelíes, entre ellos familiares de los 413 deportados, deseosos de cruzar la frontera israelo-libanesa, a la altura de Rosh Hanikra, con el fin de llevarles alimentos y medicinas.

Los manifestantes, dirigidos por el doctor Saeb Arekat, miembro de la delegación palestina en las negociaciones de paz con Israel, proclamaron que no cejarán en sus esfuerzos para ayudar a los expulsados mientras los deportados no sean repatriados.

Sin embargo, el enviado especial de Naciones Unidas, Chinmaya Gharejan, se entrevistó por segunda vez consecutiva con el primer ministro israelí, Isaac Rabin, y con el ministro de Asuntos Exteriores, Simón Peres, sin resultado práctico.

Durante la jornada de ayer, Gharejan se reunió igualmente con los dirigentes palestinos en Jesuralén, entre ellos Hanan Ashraui, y con los tres israelíes que se mantienen en huelga de hambre, bajo una tienda de campana, delante del Kneset (Parlamento) para exigir el regreso de los 413 deportados.

Simón Peres dijo al enviado de Naciones Unidas que Israel no puede cambiar su decisión ni pronunciarse sobre el tema de los expulsados mientras el Tribunal Supremo israelí no dicte su veredicto sobre las apelaciones interpuestas contra la expulsión. "En Israel, igual que en Inglaterra, no se discute un caso cuando todavía está sub iudice", explicó Peres. Gharejan respondió: "Este proceso es un asunto interno de Israel, pero ya hemos esperado lo suficiente como para recibir una respuesta israelí".

Parece ser que Simon Peres no pudo convencer a Isaac Rabin de que es preciso preparar una respuesta sobre el problema de los expulsados.

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Mensaje de Arafat

La televisión israelí interrumpió ayer sus emisiones para transmitir un mensaje telefónico del dirigente de la OLP, Yasir Arafat, dirigido "al pueblo y al Gobierno de Israel". En su mensaje, recogido por el pacifista israelí Abi Nathan en Túnez, donde se entrevistó con Arafat, el dirigente palestino solicita al Gobierno de Tel Aviv que "repare el error" que supuso la deportación de cuatro centenares de palestinos al sur de Líbano.En su mensaje, Arafat convocó a Rabin para "mantener un encuentro de valientes que permita elaborar la paz de los valientes", y subrayó la necesidad de que ambas partes hagan gestos "para instaurar una paz verdadera y sólida en esta tierra que ha conocido tantos sufrimientos".

Un portavoz del primer ministro israelí rechazó la invitación al diálogo de Arafat e insistió en que Israel sólo negociará la paz con la delegación palestina de los territorios ocupados, tal como se estipuló en 1991 antes de que se inaugurara la conferencia de paz para Oriente Próximo.

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