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Los mandos policiales piden apoyo legal para infiltrar agentes en redes de 'narcos'

El Consejo Superior de Coordinación de las Fuerzas de Seguridad en la Lucha contra la Droga considera necesario que se dé "cobertura legal" a la infiltración de policías en las redes de narcotráfico "como fórmula de gran utilidad para conseguir su desarticulación". Esta declaración, efectuada ayer por la plana mayor policial, se produce en un momento en que el juez Baltasar Garzón está investigando a mandos y efectivos de la unidad antidroga de la Guardia Civil por los métodos utilizados en la lucha contra el tráfico de estupefacientes.

El consejo entiende que hay riesgo a medio y largo plazo de que en los Estados en los que no se legalicen estos aspectos "pueda incrementarse la presencia de redes internacionales de narcotráfico". No obstante, según un comunicado facilitado ayer, consideran que estas operaciones deben tener control personal de magistrados, jueces y fiscales para evitar cualquier abuso.El secretario de Estado para la Seguridad, Rafael Vera, preside este consejo superior, integrado además por los directores generales de la Guardia Civil, policía y Aduanas, el fiscal especial antidroga y el delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas.

Estos altos cargos coinciden en la necesidad de adaptar la legislación española a la de países como Italia, Alemania y Francia en lo referente a legalizar la infiltración.

Los expertos antidroga del Gobierno expresaron ayer su preocupación por el hecho de que si España no adopta medidas adaptadas a "los métodos cada vez más sofisticados utilizados por estas redes" éstas elijan la Península como base de operaciones.

No obstante, el consejo constató que toda iniciativa en este terreno deberá ir acompañada de la adopción de las garantías que sean precisas para evitar abusos, por lo que consideran necesario que esta clase de operaciones se realicen con el control permanente de la, justicia.

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El Ministerio del Interior, en una nota difundida ayer, destaca que en Italia no se sanciona a los policías antidroga que simulen la compra de estupefacientes para adquirir pruebas, siempre que estas compras simuladas se comuniquen inmediatamente al juez. En Alemania se permite fabricar una identidad falsa para un policía para que se infiltre en redes de narcotráfico. El agente puede participar en el tráfico y cambiar documentos para conservar la identidad falsa.En Francia, sigue la nota de Interior, se considera que los agentes no son penalmente responsables de sus acciones, siempre y cuando sirvan para descubrir infracciones y culpables y dispongan de autorización del fiscal. Para las entregas vigiladas de droga hay amnistía si los delitos se cometen en la lucha antidroga. También se permite crear sociedades ficticias, abrir de cuentas bancarias o firmar contratos.

Interior no concreta en su nota de prensa las "cuestiones relacionadas" con la infiltración en redes de narcotráfico que considera necesario legalizar pero sí lo que se hace en el exterior.

El debate de ayer en el Consejo de Coordinación se ha producido tras el proceso abierto por el juez Baltasar Garzón a miembros de la Unidad Antidroga Central de la Guardia Civil por presuntos pagos con droga a confidentes.

Precisamente por este caso, el jefe del grupo de Delincuencia Internacional de la policía declaró ayer ante Garzón que él no pidió a la Guardia Civil que dejase en libertad a la narcotraficante Ana María Rodríguez Farfay en diciembre de 1988, en contra de lo manifestado días atrás por el coronel Arsenio Ayuso, ex jefe de la Unidad Antidroga Central de la Guardia Civil, informa Jesús Duva.

Tras la declaración del citado funcionario sigue sin aclararse dónde está medio kilo de cocaína presuntamente decomisado por la Guardia Civil en el domicilio de Rodríguez Farfay, en Madrid, según fuentes judiciales. El agente que declaró ayer explicó que, después de que la Guardia Civil detuviera a Rodríguez Farfay, confidente de la policía, ambos cuerpos acordaron que la policía renunciaba a continuar con la operación en la que dicha mujer actuaba como su confidente, pasando el caso al instituto armado.

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