IBM perdió mas de medio billón de pesetas en 1992

Las multinacional estadounidense de informática IBM anunció ayer que las pérdidas acumuladas durante el año 1992 ascendieron a 4.970 millones de dólares (unos 566.000 millones de pesetas). El presidente de la compañía, John Akers, confirmó que se mantendrán los 25.000 despidos previstos para 1993 y anunció la adopción de medidas agresivas para mejorar su competitividad y volver a los beneficios.

El gigante azul (big blue) no termina de superar sus graves problemas. El durísimo plan de reestructuración emprendido en 1992, que incluía 40.000 despidos el pasado año y otros 25.000 en 1993, no sólo no consiguió frenar las pérdidas de IBM, sino que las ha incrementado notablemente. El déficit final es superior en un 66% a las estimaciones de la propia compañía, que se situaban en 3.000 millones.El grueso de las pérdidas de IBM se acumuló en el último trimestre del año, en el que el gigante de la informática registró un déficit de 5.460 millones de dólares. El coste de las indemnizaciones por despidos supera los 7.200 millones, a lo que hay que añadir otros 4.400 por reajuste de la capacidad de fabricación.

Sin embargo, los analistas no están preocupados por las pérdidas, que al fin y al cabo provienen de un proceso de saneamiento de la compañía, sino por la reducción de sus ingresos y el hecho de que, por primera vez, el negocio típico de IBM, la venta de ordenadores, también ha dado pérdidas. Descontando el dinero destinado a la reestructuración de plantilla, la primera empresa informática mundial habría acumulado un déficit de 45 millones de dólares, hecho insólito en las casi ocho décadas de historia de la compañía.

"Nuestros resultados financieros no son aceptables ni para nosotros ni para nuestros accionistas", reconoció ayer el presidente de la compañía, John Akers, sobre quien crecen los rumores de una próxima dimisión. Akers anunció un cambio de rumbo en IBM, con la puesta en marcha de un plan de competividad que potenciará las áreas de mayor crecimiento económico, aumentará la autonomía de las distintas unidades operativas y seguirá reduciendo costes.