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Hocicos bendecidos

Cientos de madrileños celebraron con sus animales el día de san Antón

San Antón, patrón de los animales, volvió a repartir gloria y buenaventura a cientos de animales domésticos que ayer fueron bendecidos en su iglesia de la calle de Hortaleza. Durante todo el día, el padre Villar humedeció el hocico de perros, gatos, conejos, liebres, tortugas, iguanas y cerdos. Según la tradición, todos estos animales, entre los que se coló algún racional, gozarán de un año de salud y gracia.

"Reciba, Señor, tu bendición este animal, y por la intercesión de san Antón se vea libre su cuerpo de todo mal". Con estas palabras, el padre Villar dio ayer la bendición del santo a todos los animales que desfilaron con sus dueños por la vetusta iglesia de San Antón. La mayor parte lo hace desde hace varias décadas. Mar¡ Carmen, vecina de Torrelodones, afirma que "Tiene gran fe por san Antón y acude a verlo desde 1964". María Antonia Suárez, de Hortaleza, añade que ha venido por segunda vez porque su perro, un bellísimo haskin siberiano, se salvó de un envenenamiento gracias al santo.En el desfile de animales destacan algunos por su atuendo: tres perritas foxterrier, Hani, Chabel y Cocona, aparecen disfrazadas de chulapas, con su mantilla y peineta. León, un pastor alemán, lleva un jersei con lentejuelas, y Gremlim, un caniche, lleva un vestido blanco de novia.

Otros, sin embargo, no necesitan vestidos para levantar la exclamación general en la concurrida calle de Hortaleza. Es el caso de Pepe, un cochino belga de 500 kilos que deslumbró a la multitud por su descomunal tamaño. Su dueño, Domingo Gómez, acude a san Antón desde antes de la guerra civil. "Esto ya no es lo que era, se ha perdido la tradición", asegura Domingo. "Antes venían mulas, vacas, caballos, toros, entre los que luego se repartían premios de hasta 5: 000 pesetas". Isidro López, vecino de la calle de Santa Bárbara, considera que se ha perdido. el sabor de la fiesta de san Antón. "Antes había una romería y una alegría en el barrio que no se pueden recuperar porque la gente se limita a traer a su perro".

50.000 rosquillas

La leyenda también cuenta que en el día de san Antón hay que comer las rosquillas del santo, que, gracias a sus ingredientes, se pueden conservar durante más de un año. Fernando Molina, encargado de hacer los bollos en un horno de Toledo, afirma que han hecho 7.000 bolsas, casi 50.000 rosquillas, que se venderán a lo largo de todo el fin de semana.De la receta para hacerlas, ni una palabra. "Es una fórmula secreta", añade Molina, quien desvela que estas piezas exquisitas se hacían en Egipto y que se encargaban para largas travesías, por eso se conservan durante tanto tiempo. Además, la leyenda revela que aquel que conserve un duro con una rosquilla durante un año, tendrá esplendor económico y riqueza.

Mientras los animales eran bendecidos en la calle de Hortaleza, en el interior de la iglesia, miles de feligreses besaron el único resto de san Antón, un pequeño trozo de un milímetro cuadrado. Antonio Cabezuelo, seminarista, asegura que es lo único que se conserva de los restos del santo, que fueron enterrados en Alejandría en el siglo III.

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La fiesta de san Antón concluyó con las tres vueltas a la manzana de las calles Barceló, Fuencarral y Hortaleza.

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