Una explosión de gas metano destroza varias calles de un polígono industrial de Fuenlabrada

Hacia las 21.30 del pasado jueves hubo un enorme estruendo en el polígono Cobo Calleja, situado entre Pinto y Fuenlabrada. Al tiempo que se escuchaban las grandes detonaciones, las calles se reventaron, el asfalto se abrió, las tapas de las alcantarillas volaron, los palieres saltaron por los aires y surgieron varias llamaradas. No era un terremoto. El espectacular fenómeno era el efecto de una tremenda explosión de gas metano que se había acumulado a lo largo de un colector de 700 metros de longitud que atraviesa la zona.

Afortunadamente, en el momento de producirse la explosión la actividad del polígono era nula y en las empresas sólo estaban los vigilantes jurados encargados de la seguridad.El estruendo, que se escuchó en un radio de cinco kilómetros, asustó a multitud de vecinos de Pinto, Parla, Getafe y Fuenlabrada. Algunas personas llamaron a sus respectivos ayuntamientos asegurando que habían oído una gran bomba; a la vez, algunos miembros de las policías de estas localidades recibieron avisos donde se les indicaba que había habido una gran explosión cerca de la fábrica de Repsol.

Según las primeras hipótesis, todo se produjo cuando alguien vertió algún líquido o disolvente sobre el colector del polígono Cobo Calleja, que se encontraba con todas las salidas obstruidas a causa de la suciedad concentrada.

En el interior de esa tubería ovoide se había concentrado un elevado volumen de gas metano que se había formado por la descomposición de la materia orgánica. Al echar sobre el colector un producto, todavía sin determinar, y entrar en contacto con el gas se produjo la deflagración y el posterior estallido a lo largo de toda la tubería.

Un técnico municipal explicó que lo que había ocurrido era similar a lo que sucede cuando se echa una cerilla dentro de una habitación cerrada y llena de gas.

Una 'falla' de 700 metros

El enorme poder expansivo de este gas reventó 700 metros de la calle Villablina, que quedó destrozada y levantada a pesar del enorme grosor del firme, de casi 60 centímetros. Además, otras vías quedaron agrietadas y las alcantarillas salieron despedidas. Algunas atravesaron el techo de las fábricas y cayeron en su interior, ocasionando serios desperfectos. Posteriormente se produjeron nuevas explosiones de menor intensidad.Ante el riesgo de que pudieran repetirse nuevas detonaciones se evacuó rápidamente parte del polígono y se cerraron 37 empresas que durante el día de ayer no pudieron abrir sus puertas.

El alcalde de Fuenlabrada, José Quintana, y el de Pinto, Carlos Penit, aseguraron ayer que las empresas propietarias del polígono deben ser las encargadas de limpiar y sanear estos colectores, que se instalaron hace dos años.

García Rivera, gerente del polígono, indicó que "no es competencia de sus empresas el mantenimiento de estos colectores". Sin embargo, el propio polígono repara todas las averías y anomalías que surgen en esta zona industrial. La Guardia Civil de Getafe tomaba ayer pruebas para esclarecer cuál había sido el elemento que sirvió de detonante del gas, para tomar las medidas oportunas.