El etarra liberado por padecer una enfermedad incurable defiende la violencia
El preso etarra Manu Azkarate, en libertad condicional por padecer una enfermedad incurable, defiende el uso de la violencia como método para conseguir los objetivos de ETA. "Por mi situación física y sanitaria no puedo realizar nada. Además no creo que ETA necesite mis servicios", afirmó ayer. Azkarate, condenado a 51 años de prisión por delitos relacionados con su actividad terrorista, entre éstos el secuestro de Juan Pedro Guzmán en 1985, cree que en los siete años que él ha pasado en prisión nada ha cambiado en España. Considera que la razón por la que él entró con 18 años en ETA -"el reconocimiento de los derechos históricos y el contencioso entre Euskadi y el Estado"- sigue sin resolverse.
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