La ofensiva policial en Argelia pretendía frustrar atentados integristas

"No entendíamos lo que pasaba; durante tres horas no cesaron de escucharse las ráfagas", ha explicado atónito a la prensa un vecino del barrio argelino de El Harrach. Este suburbio, baluarte del ilegal Frente Islámico de Salvación, está situado al sureste de la capital y fue en la noche del pasado martes el escenario de un violento enfrentamiento entre las fuerzas de seguridad y los activistas integristas. La operación policial, que se extendió a otros barrios colindantes, se saldó con un total de 13 muertos, según una lacónica nota del Gobierno.La explicación de lo sucedido llegó horas más tarde, en la primera página del periódico independiente El Watan, uno de los mejor informados del país, que aseguraba que la ofensiva policial se había desencadenado como consecuencia de una información recibida por las fuerzas de seguridad según la cual los guerrilleros integristas planeaban el asalto a un cuartel.

A pesar de esta explicación oficiosa no se descartaba ayer en Argel la posibilidad de que la ofensiva policial contra este brote de guerrilla urbana fuera una respuesta de los cuerpos de seguridad a la matanza, perpetrada en el barrio de Kuba en la madrugada del lunes, cuando un comando guerrillero abatió a tiros a cinco policías.

La operación registrada en el barrio de El Harrach se inició hacia las once de la noche del lunes, cuando las fuerzas del orden descubrieron en una barraca un grupo de seis personas supuestamente implicadas en el atentado de Kuba. Durante más de tres horas, los vecinos escucharon continuadas ráfagas de armas automáticas, que finalizaron con fuertes detonaciones.

En medio de la operación, encontró la muerte accidentalmente una mujer de 54 años, madre de ocho hijos, que se encontraba en una casa próxima.

El barrio cercano de Bachyarrach, otro baluarte del Frente Islámico de Salvación, vivió también momentos de tensión en esa misma noche.

El enfrentamiento de activistas y fuerzas de seguridad se desarrolló cerca de un cuartel y se saldó con la muerte de otras tres personas. Según varios testigos, los activistas intentaron asaltar el edificio.

La prensa argelina se preguntaba ayer hasta cuándo durará esta oleada de violencia, que ha costado ya más de 500 vidas, 230 de las cuales corresponden a miembros de los cuerpos de seguridad. "El saldo es amargo", aseguraba un rotativo, al tiempo que afirmaba que "es el resultado de la inadecuación de los métodos de respuesta a este tipo de plaga".