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Unió se niega a ser el chivo expiatorio de la disputa entre Pujol y Roca

Unió Democràtica (UDC) advirtió ayer a su socio electoral, Convergència Democrática (CDC), que no está dispuesta a seguir siendo el chivo expiatorio de la crisis abierta en el partido que preside Jordi Pujo¡ y que no aceptará recortes a su soberanía. El presidente del comité de gobierno de UDC, Josep Antoni Duran Lleida, pidió a los dirigentes de CDC que tengan "coraje político" para plantear los problemas reales existentes entre Pujol y Miquel Roca y denunció la instrumentalización que se realiza de Unió Democrática desde Convergèncía, haciéndola aparecer falsamente como la causante de la crisis.

La reacción de Duran Lleida se produjo a las pocas horas de que el Consejo Nacional de CDC aprobara un duro documento que pretende revisar las relaciones entre ambos partidos como condición previa para el retorno de Roca a la secretaría general.El documento aprobado por CDC a instancias de Miquel Roca pretende maniatar los movimientos de Unió y supeditar los pasos que debe dar a la benevolencia del partido mayoritario.

También busca impedir que los democristianos puedan presentar su imagen diferenciada, recogiendo el espíritu de los sectores más duros de Convergència Democrática, que llevan meses protestando por los viajes de Duran Lleida, en su calidad de miembro histórico de la Internacional Democristiana, o bien por las campañas de proyección del partido.

La repulsa de Unió

La repulsa de Unió al documento es tanto formal como de fondo: los democristianos no aceptan que Convergència les remita un documento cerrado en su redacción y perfectamente articulado para que simplemente lo enmienden, ni que se limite el debate -hasta el 31 de enero- a las necesidades de CDC y a la celebración de su próximo Consejo Nacional.También son de fondo: en primer lugar, tener que aceptar que ellos son los culpables de la crisis interna de CDC, cuando su supuesto problema sólo sale a la luz pública en el momento en que se trata de trasladar a los ciudadanos una versión oficial de la crisis, pero no cuando debaten sobre ella Pujol y Roca, en la que se discuten cuestiones internas. De una manera gráfica, Duran Lleida lo presentó así: "Nos sentimos sometidos a una ducha escocesa. Unas semanas somos culpables y otras no; unas semanas somos centro de atención y otras no".

Además, se sienten instrumentalizados tanto por Pujol como por Roca "con su lenguaje de medias verdades". Duran Lleida solicitó ayer a unos [en alusión a Miquel Roca] que digan las cosas por su nombre y a otros [en referencia a Jordi Pujol] que tengan "coraje político para que se hable con nombre propio de los problemas reales".

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Duran Lleida ya advirtió *do no pensaba limitar ninguna de las acciones de proyección exterior que tenían previsto realizar -el propio Duran tiene posibilidades de ser elegido para una vicepresidencia de la Internacional Democrata Cristiana- y así manifestó que mantendrían el calendario de viajes a distintos países.

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