Suiza continuara su acercamiento a la CE
JULIÁN MARTÍNEZ ENVIADO ESPECIAL Suiza seguirá su acercamiento a la CE, pese al no en el referéndum de¡ domingo al Espacio Económico Europeo (EEE). El Gobierno consultará con el Parlamento y con los cantones la situación, en la que prevé "seguir avanzando hacia la cooperación europea". Así lo han expresado el presidente federal, René Felber, y varios de sus ministros, para quienes el rechazo suizo al EEE no equivale a un no a Europa.
"Seguiremos en esa línea, aunque ahora será más dificil", dijo Arnold Koller, responsable del departamento de Justicia e Interior. Más radical y pesimista fue su colega de Economía, Jean Pascal Delamuraz, que calificó de "domingo negro", "ruptura grave" y "decisión de gravísimas consecuencias" el resultado del referéndum.Los dos ministros, que comparecieron junto al presidente al conocerse los resultados el domingo por la tarde, se mostraron "desolados" por el rechazo de los electores y los cantones al EEE y enviaron mensajes de comprensión y disculpas a sus socios europeos, lamentando los perjuicios derivados del no suizo y de las inevitables renegociaciones que habrá que celebrar para reequilibrar la nueva situación en el seno de los demás países del EEE (ahora integrado por los 12 países de la CE más los de la EFTA -Asociación Europea de Libre Comercio-, excluida Suiza, un gigantesco bloque comercial y laboral de 18 países y 373 millones de personas).
La puerta europea tampoco la cierran los vencedores del no al EEE. Su principal portavoz, Christoph Blocher, un multimillonario empresario de la industria química, diputado por el derechista Partido Democrático de Centro, no quiso hacer, declaraciones triunfalistas Dijo que la decisión de rechazar el EEE "constituye el reconocimiento de nuestra soberanía política y el mantenimiento de la situación económica y política en Suiza y en el mundo".
Blocher no ve ninguna situación apocalíptica para Suiza, como habían dibujado los partidarios del sí al EEE, y dice que el futuro se debe basar en las "buenas relaciones con cada uno de los Estados europeos". Políticamente, el revés más serio del rechazo al EEE ha sido la brecha abierta entre las dos Suizas: la alemana, que dijo no, y la francesa, unánime en el sí. Y eso crea una sensación de incomodidad de cara al futuro. La existencia de un dormido separatismo y la fosa que divide las dos comunidades es un hecho tan real y tan potencialmente peligroso que no pasa desapercibido para nadie. El presidente federal, al lamentar la "ruptura grave" del domingo, hizo una advertencia también a la ruptura entre los cantones franceses y los del resto de Suiza, un tema de "grave preocupación" para el que pidió un esfuerzo de todos los suizos "que haga de las divergencias una fuerza y una riqueza como la que han perdurado en los últimos 150 años".
El abismo entre las dos Suizas lo reflejan las primeras páginas de algunos periódicos. "Los alemanes imponen el aislacionismo a los normandos", titulaba ayer la Tribune de Geneve. "Profunda fosa entre las dos Suizas", decía el diario de calidad Neue Zurcher Zéitung, de Zúrich. "Suiza se divide", decía el Tages Anzeiger, también de Zúrich.
Desde el punto de vista económico y financiero, a corto plazo no se vislumbra ninguna situación dramática. "Lo previsible es que sean las pequeñas y medíanas empresas las que sufran más inmediatamente las consecuencias", opina el analista financiero Walter Steiner, de Zúrich.
Suiza está sufriendo la actual recesión con peores indicadores que otros países. La tasa decrecimiento es inferior el 1%, la inflación se sitúa en tomo al 6% y el paro se eleva al 3,9%, una cifra que contrasta con lo que era un simbólico 0,8% apenas dos años atrás.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.