Un heroinómano con "mono" mata a tiros a sus padres por negarle dinero para droga

Rosario Sánchez y Plácido Roldán, matrimonio de la localidad sevillana de El Viso del Alcor, de 58 y 60 años, respectivamente, murieron el martes por la tarde de dos disparos a bocajarro. La escopeta la empuñaba su propio hijo Plácido, enganchado a la heroína y al que su madre le había negado momentos antes el dinero para comprar la droga. Unas horas más tarde se entregaba a la Guardia Civil.

Nadie oyó los disparos. Nadie recuerda, tampoco, algún indicio para imaginar tal desenlace. Los vecinos de la calle del Rosario describen al joven heroinómano, de 25 años, como un hijo que adoraba a sus padres: "Tenía delirio por ellos", dicen. Sin embargo, según la Guardia Civil y varios testigos, cogió una de las escopetas que se guardaban en la casa y le disparó a su madre en el pecho; después se fue al dormitorio donde descansaba su padre, pegó el cañón a la colcha y apretó el gatillo.Plácido Roldán Sánchez se casé siendo casi un adolescente, con 16 años, y ahora tiene una hija de ocho. Su esposa, María José, de 22 años, trabaja en un gestoría de Mairena del Alcor, municipio literalmente pegado a El Viso. Desde hacía unos años Plácido estaba atrapado por la heroína y había pasado varias temporadas en centros de desintoxicación. Siempre recayó.

Los vecinos cuentan que Rosario Sánchez y Plácido Roldán, desesperados por una situación a la que no le veían fin, decidieron llevar al joven a su casa y vigilar su adicción. "Nunca vimos un escándalo, era cariñoso, decía: "¡Pegoja [apodo con el que se conoce a la familia en el pueblo] qué tienes de comer!", relata una de las muchas vecinas que veinte horas después del suceso siguían pegadas ayer a la cancela de los Roldán, como si del edificio fuera a surgir una explicación.

Una pierna rota

Plácido trabajaba con su padre -"cuando estaba bueno"- en las tierras familiares y un negocio de maquinaria agrícola. Hace una semana se tiró por un patio interior para salir a buscar caballo y se rompió una pierna. Según los vecinos y la Guardia Civil, el síndrome de abstinencia fue lo que empujó al joven al parricidio. Pidió a su madre dinero, ésta se lo negó, apretó los billetes contra su pecho y forcejearon. El mono pudo más que todo. Las vecinas aseguran que Rosario Sánchez pensaba sacar las escopetas de su casa y guardarlas en otro lugar porque temía que su hijo Plácido pudiera pegarse un tiro.

Del tiroteo se libró María Dolores, la hermana menor, de 16 años, que en el momento del crimen se encontraba en Sevilla, donde cursa sus estudios. El mayor, Juan, acudió al domicilio paterno de visita y halló dos cadáveres.

El doble asesinato ha conmociado a esta localidad del cinturón de Sevilla, de 15.000 habitantes. Al saber lo sucedido, todo el pueblo se congregó hasta el alba en la calle del Rosario, que tuvo que ser precintada.

Plácido Roldán fue trasladado al cuartel del municipio vecino de Carmona y al juzgado. Ayer prestó declaración. Mientras, el resto de sus hermanos y otros familiares esperaban en el cementario de Carmona a que el forense terminara la autopsia de los dos cadáveres para el entierro.