Decepción en Francia por la "inminente capitulación" de la CE ante Estados Unidos
Apenas seis semanas después de su petit oui al Tratado de Maastricht, Francia se siente "abandonada" por la Comunidad Europea (CE). Los líderes que defendieron el no a Maastricht afirman ahora que lo que en Francia todo el mundo conviene en llamar "inminente capitulación" de la Comunidad ante Estados Unidos en las negociaciones agrícolas del GATT prueba la veracidad de sus argumentos: Europa no existe ni podrá existir nunca.
"Una Europa debilitada frente a Estados Unidos", afirmaba ayer en su titular de primera página el diario económico La Tribune al dar cuenta de la reunión negociadora para desbloquear la Ronda Uruguay convocada en Washington para el miércoles y el jueves de la semana próxima. "La Comunidad Europea suplica a los norteamericanos la reapertura de las negociaciones", informaba en páginas interiores Liberation.
El día anterior, Le Monde había titulado así su editorial: "GATT, la ley del más fuerte". Según este diario, los acontecimientos de los últimos días hacen presagiar "un triunfo de Estados Unidos". Francia, "el último dique que contenía las ambiciones norteamericanas", parece dispuesta a ceder y el acuerdo en perspectiva "no será justo ni equilibrado".
Francia va a ceder con una amargura que no presagia nada bueno para los partidarios franceses de la construcción europea. Si éstos prefieren callarse en público para no arrojar más leña al fuego de las discordias europeas, las organizaciones agrícolas y los líderes que defendieron el no a Maastricht subrayan que, a la hora de la verdad, la CE es inca paz de demostrar la menor cohesión en la protección de los intereses de uno de sus principales miembros.
Existe el temor en Francia de que el acuerdo entre la Comunidad Europea y Estados Unidos, que presumiblemente será firmado en fechas próximas en la capital estadounidense, impondrá a los agricultores de este país sacrificios superiores a los que ya les 'exigía la nueva Política Agraria Común (PAC) de la Comunidad Europea. Y si el Gobierno socialista dirigido por Pierre Bérégovoy ya había tenido muchos problemas para hacer tragar a los campesinos y ganaderos la nueva PAC, las concesiones que puedan realizarse a las exigencias norteamericanas sin duda van a complicarle aún más las cosas.
Alemania se achanta
Por tradicional, la actitud británica de apoyo a las tesis norte americanas no ha sorprendido en París. Las fuentes de los ministerios de Agricultura y de Industria y Comercio Exterior consultadas por este periódico han coincidido en señalar que no esperaban de Londres ninguna solidaridad con Francia, la primera potencia agrícola de la Comunidad y el segundo exportador mundial de productos agroalimentarios.
Pero lo que en París se consideran "ambigüedades alemanas" pueden dejar una huella duradera. "Alemania ha vuelto a de mostrar su incapacidad de hacer frente a, los norteamericanos cuando éstos dan un puñetazo sobre la mesa", afirma un portavoz del Ministerio de Agricultura haciendo alusión a las amenazas de reforzar las tarifas aduaneras sobre una serie de productos agrícolas europeos, en particular los vinos blancos franceses.
Es una tesis compartida en el Ministerio de Industria y Comercio Exterior, donde se subraya con sarcasmo el "temor que se apoderó de los europeos ante la mera perspectiva de estudiar la adopción de medidas de represalia contra los norteamericanos". La actitud de los alemanes, dicen fuentes de ese departamento, se explica también por su deseo de "intentar camuflar el hecho de que sus altos tipos de interés son una de las grandes causas del estancamiento económico internacional".
Al pretender defender sus intereses agrícolas, Francia se ha colocado en una posición de "chivo expiatorio" de la crisis. Washington, afirman los comentaristas, ha explotado hábilmente ese hecho para volver a aislar al único país que, desde los tiempos del general De Gaulle, le ofrece resistencia.
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