Tres administraciones en liza

El aeropuerto de Barajas va a crecer más del doble de aquí al año 2012, para pasar de 16 millones de pasajeros anuales a 40 millones de viajeros. Con la bendición de todas las administraciones, en el entorno de la terminal aérea se va a invertir medio billón de pesetas en 20 años.El ministro de Obras Públicas y Transportes, José Borrell; el presidente de la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina, y el alcalde de la capital, José María Álvarez del Manzano, estamparon ayer su firma en el convenio que crea la sociedad anónima Ciudad Barajas 2000: un centro de actividades empresariales y de servicios situado a pie de pista.

Dentro de tres meses, los proyectos tendrán que estar definidos y los equipos de gestión nombrados para que despegue la ampliación del aeropuerto.

"Ha habido un largo y complejo proceso de colaboración", reconoció Borrell tras suscribir el convenio, que cierra formalmente los trámites iniciados por su precedecesor José Barrionuevo hace casi tres años. Al mismo tiempo, la Comunidad de Madrid y el ministerio se han comprometido a modificar los planes urbanísticos de los municipios que rodean el aeropuerto para asentar instalaciones industriales y oficinas ligadas a la terminal aérea.

En principio, la Administración central se hace cargo de las obras de construcción de una tercera pista de aterrizaje, para suprimir el punto de cruce de las aeronaves, y de las nuevas terminales, a través del organismo autónomo Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA), por un importe total de 150.000 millones de pesetas.

Inversiones privadas

A la vera de la nueva terminal de pasajeros se emplazará el parque empresarial Ciudad Barajas 2000, inspirado en el modelo del Roissy Pole, del aeropuerto parisiense Charles de Gaulle, y de las áreas industriales y empresariales que rodean las pistas de Schiphol (Ainsterdam). En total habrá que destinar 100.000 millones de dinero público para urbanizar 580 hectáreas. Las tres administraciones que participan en la sociedad anónima confían en que el sector privado invierta también otros 212.000 millones en la operación.

"El proyecto carecería de viabilidad si no va acompañado de infraestructuras de transporte", subrayó Borrell, que señaló que habrá que construir la M-50, la autopista de peaje del Henares y el eje transversal ferroviario desde San Fernando de Henares (en la línea férrea Madrid-Barcelona) por el centro de la ciudad y con conexión hasta Móstoles y una estación para el AVE cerca de las terminales. El proyecto prevé también la recuperación medioambiental el entorno fluvial del Jarama.

Los municipios de la zona, que deberán soportar el incremento del tráfico aéreo, acogerán nuevos equipamientos al servicio del aeropuerto. En el Sur, Coslada, San Fernando de Henares y Torrejón de Ardoz, las inversiones irán más deprisa, mientras que San Sebastián de los Reyes y Alcobendas, al Norte, deberán aguardar al año 2000. A cambio, el distrito de Hortaleza contará con una Casa de Campo, en Valdebebas, de 1.500 hectáreas, 13 veces más grande que el Retiro.

Sin embargo, el actual núcleo urbano del pueblo de Barajas, donde residen más 7.500 vecinos, quedará encajonado entre las nuevas instalaciones aeroportuarias. Borrell aseguró ayer que sólo habrá expropiaciones "mínimas" de viviendas para ampliar el aeropuerto.

El presidente de la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina, resaltó que la operación de Barajas creará un "área de oportunidad [económica] para los municipios del entorno". Leguina aprovechó la firma del convenio para recordarle al ministro que "se hace ya imprescindible" la construcción de un enlace ferroviario entre el Este y el Oeste de la región que sirva también a los viajeros de Barajas.

El alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano, reconoció que las negociaciones no han sido fáciles. El regidor solicitó que la revisión del Plan General de Madrid no se acabe en la capital, sino que tenga un entorno más amplio.