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Serra apuesta por hacer cambios en el PSOE para abrirlo a la sociedad

El vicepresidente del Gobierno, Narcís Serra, se erigió ayer de nuevo en Barcelona, junto al primer secretario del PSC, Raimon Obiols, como uno de los políticos socialistas que apuestan con mayor fuerza por la renovación y regeneración interna del PSOE. Después de advertir que "cuando el ciudadano se aleja de la política, ésta se resiente", Serra señaló: "Un partido no debe ser algo cerrado; tiene que estar abierto a todos, hay que intensificar el diálogo con la sociedad y para ello se deben hacer los cambios que sean necesariosLas tesis de Serra, que no sólo fueron avaladas por la presencia de Felipe González, sino por las propias palabras de éste -"estoy absolutamente de acuerdo con todo lo que se ha dicho aquí", dijo el presidente nada más subir a la tribuna para cerrar el mitin-, fueron complementadas posteriormente por Obiols, quien puso al PSC como ejemplo de "unidad y disciplina", que no están reñidas con la "confrontación de ideas" ni con el hecho de que los socialistas catalanes "no sean monolíticos" y no sigan ciegamente las consignas que emanan desde la dirección.

Obiols, que recordó cómo hace años el propio Willy Brandt ya le alertó sobre los "errores de la división", apostó por que el partido socialista "amplíe sus fronteras para acoger a todos los sectores sociales que simpaticen con el proyecto". Y proclamó que los "nuevos principios" por los que deben luchar los socialistas son "la moralización de la vida pública en todos los niveles, la transparencia, la persecución firme de cualquier corrupción, la austeridad, y combatir con vigor cualquier veleidad de ostentación". "El egoísmo competitivo está en baja y la época de los yuppies se acaba", sentenció.

En la misma onda, el presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, afirmó: "Hay que acercarse más a los ciudadanos".

Mayoría de jubilados

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Los socialistas catalanes cambiaron a última hora el escenario del mitin. La presencia de González, confirmada el pasado viernes, desaconsejó a los organizadores del acto la utilización del polideportivo de la Vall d'Hebron, en contra de lo anunciado. Temían que se quedara pequeño. Para ello habilitaron un descampado anexo al recinto. Las 6.000 sillas desplegadas fueron ocupadas y unas 2.000 personas más siguieron el acto de pie. La mitad del solar estaba vacío.

La mayor parte de los asistentes eran de la tercera edad. Quizá por ello, casi todos los oradores introdujeron en el catálogo de las conquistas de la década socialista la mejora de las pensiones. Muchos acudieron al acto desde las comarcas de Cataluña. Para ello, las agrupaciones locales del PSC fletaron unos 70 autocares.

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