Jubilaciones obligatorias
El pasado día 25 informaba EL PAÍS que el comité intercentros de Radiotelevisión Española había llegado a un acuerdo para que los trabajadores de más de 63 años causaran baja forzosa. Creo que obligar a una persona a dejar de trabajar a esa edad es un acto de crueldad y de racismo.Crueldad porque es impedir a quienes cuentan con sus manos y su cabeza como único capital puedan seguir utilizándolo para ganar su salario y para participar en el sistema productivo, sentirse útiles, tejer sus relaciones humanas.
Racismo porque es discriminar a las personas en función de la fecha de nacimiento -no en función de sus habilidades-, discriminación tan injusta como la que algunos hacen por la raza, el sexo o las creencias. Actitud por cierto emparentada con la exaltación absoluta de los movimientos juveniles propia de las viejas falanges y gentes así.
Apartar del sistema productivo a quienes todavía pueden aportar su trabajo en la industria, la comunicación, la enseñanza, la sanidad y en tantos otros sectores es una medida que sólo contenta a los demagogos que creen ver en ello una solución a los problemas de paro.
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