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Una mujer entre gigantes

Pilar Landeira, única árbitra en la ACB

Pilar Landeira confirmó su alternativa como árbitra de la Liga ACB el pasado domingo en el pabellón olímpico de Badalona. El partido entre el Joventut y el TDK Manresa fue el segundo de esta madrileña de 33 años que, tras siete años en Primera B, se ha convertido en la primera mujer que arbitra la máxima categoría masculina.

Casada, licenciada en biología, ha sido profesora, de matemáticas, pero ahora sólo se dedica a arbitrar. Casi no ha jugado al baloncesto, apenas algo durante el bachillerato que realizó en Cáceres.Después hizo el curso de árbitro en voleibol, baloncesto y balonmano, pero cuando regresó a Madrid para estudiar su carrera decidió centrarse en el baloncesto. Ha actuado dos temporadas en Cáceres y lleva 17 en Madrid. "Yo no me tomo mi presencia en la Liga ACB como una reivindicación feminista", asevera. "Lo único que pretendo es hacerlo bien y seguir subiendo peldaños en mi carrera. El camino es dirigir partidos de más responsabilidad y mi sueño ser olímpica".

Hace cinco años hizo el curso de la FIBA y desde entonces es internacional. Para Lolo Sainz, entrenador del Joventut, fue una situación nueva: "Fue una novedad antes de jugar el partido, pero no una preocupación. No creo que deba haber una especial atención ni de los jugadores hacia ella, ni a la inversa, es igual que si fuera un hombre". Su pareja fue Francisco Javier Amorós: "No veo ninguna diferencia por el hecho de que sea una mujer. Hice el curso internacional con ella y tiene el nivel técnico necesario, sólo le falta, lógicamente, experiencia".

El primer compañero de Pilar fue Santiago Fernández, el hijo del encargado de designar los árbitros por la ACB, en el partido Zaragoza-Coren. Fernández viajó, en contra de lo habitual, con su mujer. "Mi mujer vino porque es una defensora de la presencia de la mujer en el arbitraje, no había niguna suspicacia", bromea.

Mario Pesquera, entrenador del Zaragoza, vivió así el debú: "Fue un arbitraje normal. Al principio, como era la primera vez, nos pareció un poco raro, pero una vez empezado el partido nos olvidamos. Tiene mucha personalidad y no se arruga cuando la quieren provocar".

Curiosamente esta temporada se ha cambiado una de las, reglas de la época en que Ángel Sancha presidía el comité nacional de árbitros por la cual la pareja arbitral debía compartir habitación y la tarde del partido estar juntos a la hora de la siesta. Esta norma, que podría ser conflictiva, ha sido sustituida por la FIBA que autoriza habitaciones individuales.

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