15.000 comerciantes italianos protestan en Roma contra el nuevo impuesto
Quince mil comerciantes llegados de toda Italia abarrotaron ayer el palacio de los deportes de Roma, donde pitaron e insultaron al presidente de la Confcommercio, Francesco Colucci, porque se resistía al cierre de establecimientos en protesta por el "impuesto mínimo" creado por el Gobierno y pendiente todavía de aprobación por el Senado."El presidente ya ha tomado nota de vuestros deseos", dijo un representante de la confederación para aplacar a los reunidos, que demostraban un mal talante, similar al de los trabajadores frente a sus sindicatos en relación con las medidas de austeridad económica.
El impuesto mínimo para comerciantes, profesionales' y trabajadores autónomos responde precisamente a una petición de los sindicatos, que presionan para que las finanzas del Estado italiano se saneen con una mayor equidad fiscal y, en concreto, un mayor aporte de los grupos que tienen la posibilidad de esquivar a Hacienda.
El impuesto introducido por el Gobierno prevé que un comerciante tenga que pagar al menos por una renta anual de 24 millones de liras (unos dos millones de pesetas), o de 30 millones de liras si tiene un dependiente, en cuyo caso no podrá declarar menos de lo que declara éste, en contra de lo que ocurre con frecuencia. La renta mínima imputada a un abogado es, por ejemplo, de 40 millones de liras.
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