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China acepta por razones diplomáticas las tibias excusas del emperador japonés

Juan Jesús Aznárez

El Gobierno chino, refrenado por importantes intereses políticos y económicos, ha aceptado diplomáticamente la tibia admisión de responsabilidades históricas efectuada la noche del viernes por el emperador Akihito. La prensa china trató el discurso del emperador con gran tacto y lírico lenguaje, pero "el profundo pesar" expresado por el hijo de Hirohito no ha convencido ni impresionado en la calle. Las autoridades chinas ordenaron ayer la expulsión del país de Shen Tong, líder de la revuelta de Tiananmen.

Los emperadores de Japón, en la segunda jornada del primer viaje de un emperador a China en los 2.000 años de contactos bilaterales, visitaron por la mañana la Gran Muralla china, y el sucesor de Hirohito reconoció la impresionante envergadura de la barrera construida hace 2.500 años para contener las invasiones.Fuentes japonesas reconocieron que "de ninguna manera ha olvidado Japón el pasado. La amargura permanece, pero, por razones políticas, no se manifiesta. Está claro que no nos abren su corazón". Historiadores chinos estiman en 20 millones el número de compatriotas muertos o heridos durante las invasiones del Ejército Imperial nipón. Akihito, que mantuvo un encuentro con representantes de la Academia de Ciencias, se entrevistó ayer con el primer ministro, Li Peng, y cenó con el secretario general del Partido Comunista Chino, Jiang Zemin.

El discurso imperial pronunciado en la cena ofrecida por el presidente de la República Popular de China, Yang Shangkun, no podía ser modificado ni nadie espera una acusación formal china porque todo fue pactado de antemano. El texto de Akihito había sido redactado por el Gobierno, al establecer la Constitución nipona de posguerra, dictada por Estados Unidos, que la figura del emperador es símbolo nacional sin autoridad política. En Tokio, el diario Mainichi insistía en la necesidad de que sea el Parlamento nipón, como representante del Estado, la instancia encargada de llevar adelante una ofensiva que libere a Japón de sus responsabilidades históricas con Asia. El rotativo, reconociendo que el emperador se quedó corto en la presentación de disculpas, subrayaba que un país que todavía censura la historia nacional en los libros. de texto y escamotea la verdad a los niños no es digno de confianza. "Los chinos son hábiles diplomáticos y necesitan dinero. Por esa razón se contienen", agregaron las fuentes japonesas en alusión a los 6.700 millones de dólares de préstamos a China y a los 2.500 millones en inversiones directas.

Por otra parte, el líder estudiantil Shen Tong, de 24 años, deberá abandonar China tras recibir una orden de expulsión. Shen fue detenido en septiembre pasado después de volver de su exilio en EE UU, país al que huyó cuando la policía china detenía a los dirigentes de las protestas sofocadas cruentamente por el Ejército en 1989, y al que regresó anoche. Un familiar del activista expulsado comentó que "no se va muy feliz". Al regresar a China, recorrió el país buscando apoyo para la Fundación para la Democracia en China.

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