El triste espectáculo que ofrecemos a Europa

( ... ) No es fácil vivir nuestra crisis en medio de los demás europeos. Algunos piensan que lográremos superarla gracias a nuestra vitalidad. Otros miran con pena sin lograr entender una situación política cada vez más caótica. ( ... ) Impresiona una democracia obligada -a renovarse "por vía judicial". ( ... ) Sorprende que la única oposición nueva sea ruidosa, liguista, nordista, quizás separatista. ( ... )En Europa no saben, evidentemente, que quienes están pagando la crisis son los que menos gritan: jubilados, profesores y obreros que no encontrarán trabajo. ( Sólo ven un país que brilla ( que paga su prosperidad con una desindustrialización gigantesca. Y de esto deducen que la crisis es quizás la enésima comedia del país de la comedia del arte. Quien vive en el extranjero sabe muy bien lo duro que es ver al propio país tan mal representado, ver que ya ha llegado al punto en el que ni siquiera la crisis es creíble. ( ... ) Anunciada oficialmente la crisis hace un año, ha transcurrido un año de palabras, de acrobacias, de transformismos. Al escenario han vuelto a subir repetidores que se presentan como innovadores, inmorales que dicen querer moralizar, en un juego pirandelliano de verdades increíbles. Como tampoco son ya creíbles ciertas autodefensas y ciertas contraofensivas que desde hace un año inventa "la democracia que está asesinando la democracia". ( ... )

, 21 de octubre