El gas sí carbura
Banesto escinde Carburos Metálicos y concentra la empresa en el negocio gasista
Carburos Metálicos, controlada por Banesto, ha vendido al empresario Juan Miguel Villar Mir sus divisiones de ferroaleaciones y energía por 18.000 millones de pesetas. La empresa, en cuyo consejo se ha sentado y se sienta todavía parte de la flor y nata de la burguesía catalana, dice que tras esta venta se concentrará en la fabricación de gas. La venta podría ser, sin embargo, el paso previo a la reducción de la participación de Banesto (30,4% del capital) o su salida de la sociedad, en línea con las grandes desinversiones industriales que está efectuando el banco que preside Mario Conde.
Tras esta operación, Carburos quiere seguir vendiendo líneas de negocio no relacionadas con el gas, dicen fuentes de la compañía. Carburos negocia desde hace meses la venta al grupo irlandés Unidare de su división de soldadura, un negocio que antes tenía relación con el gas pero ahora no, afirman fuentes de la sociedad.Los irlandeses quieren esta división, pero la quieren saneada y escindida. Las dos divisiones que acaba de comprar Villar Mir representan el 30% de la facturación de Carburos Metálicos. Villar Mir recibe tres plantas de ferroaleaciones en La Coruña y una en Santander, y cinco centrales eléctricas en Galicia y una en Lérida. El grupo Carburos emplea a 3.000 personas en toda España y tiene una facturación de 39.000 millones de pesetas.
Banesto tiene un socio importante en Carburos: el productor de gases norteamericano Air Products, que aspira desde hace tiempo a controlar la empresa. Personas que han seguido los últimos años de Carburos afirman que la venta de patrimonio -ferroaleaciones, energía y soldadura- es el primer paso para una salida de Banesto como accionista mayoritario de la sociedad. Estas fuentes coinciden en que la salida está pactada con los norteamericanos y añaden que fue un hombre de Air Products, Ron Sulland, quien aceleró las negociaciones para vender las divisiones de ferroaleaciones y energía a Villar Mir. Banesto y la propia Carburos eluden comentar estos extremos. Un portavoz de la sociedad se limita a decir que los 18.000 millones que pagará Villar Mir se emplearán en "reducir la carga financiera y en invertir en el negocio del gas".
El Consejo de Administración de Carburos ha estado y está lleno de apellidos ilustres. Desde el nacimiento de la sociedad, en la primera década de este siglo, se han sentado en el consejo los Folch, los Cervera, los Garí, los Mercader y los Grau, junto con bancos como el Santander, el Central, el Hispano y el propio Banesto.
Consejo ilustre
Algunos de estos consejeros se muestran ahora críticos con la marcha de la compañía en los últimos años. El propio Ramiro Cervera fue apartado de la presidencia por Banesto por criticar en 1989 una polémica emisión de warrants (opciones de compra sobre acciones) sobre la participación del banco (entonces el 18%) en favor del empresario Jacques Hachuel. La emisión de warrants representaba la salida de Banesto de la sociedad, pero fracasó por la oposición del resto de los accionistas. "En la base de la venta de empresas que está realizando Banesto están las nuevas exigencias que entrarán en vigor a partir de 1993, que obligarán a los bancos a inmovilizar recursos propios si acumulan participaciones industriales", dicen fuentes conocedoras de la situación del grupo. Éste es el motivo por el que Banesto, que luce en su balance 300.000 millones de participaciones en empresas del grupo, ha vendido en los últimos meses sociedades como la cementera Sanson, la petroquímica Petromed y la aseguradora La Unión y el Fénix, entre otras.Banesto tiene participaciones industriales muy por encima de lo que la nueva ley considera no penalizable. Según el proyecto de ley de recursos propios que debate el Congreso, los bancos deberán restar de sus recursos propios (capital más reservas) todas sus participaciones industriales si su conjunto excede del 60% de sus recursos propios consolidados (capital y reservas). También habrá penalizaciones en los recursos propios para los bancos que tengan más del 10% del capital en una sola empresa.
Desconfianza sindical
La llegada de Villar Mir no ha sido del agrado de los sindicatos. Jorge Fernández, presidente del comité de empresa de los centros de Carburos en Galicia, recela "de la exigencia" del empresario de recibir escindidos ferroaleaciones y energía, donde trabajan 635 personas, el 90% de ellas en las aleaciones. Los dos negocios están interrelacionados porque as centrales dan energía a las fábricas, pero el primero pierde mucho dinero y el segundo lo gana. A juicio de Fernández, hay "un riesgo de que los dos negocios se desvinculen".Villar Mir, presidente de la constructora Obrascon y ex vicepresidente económico en el primer Gobierno de la transición, afirma que no reducirá puestos de trabajo y que aumentará la productividad de los centros.
Por su parte, el director generald de Industria de la Xunta de Galicia, Joaquín del Moral, advierte que los negocios de ferroalaciones y energía "deben seguir vinculados". Del Moral dice: "La venta de estos negocios es una operación en la que no entramos. Nosotros sólo tenemos que hacer cumplir los objetivos de la concesión de los saltos de las centrales", que son "proveer de energía a las plantas de ferroaleaciones".
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