Sangre nueva partidaria de las reformas de Deng barre a la 'vieja guardia'

JUAN JESÚS AZNÁREZ ENVIADO ESPECIAL El XIV Congreso del Partido Comunista Chino (PCCh), que hoy concluye las sesiones de trabajo iniciadas en secreto hace una semana, ha decidido jubilar o destituir a casi una tercera parte de los 285 miembros titulares y suplentes del Comité Central del partido. La noticia, al igual que la información difundida el jueves anticipando la salida del Buró Político de ocho de sus 14 integrantes, fue publicada ayer por un periódico de Hong Kong controlado, por Pekín. La renovación de los dos principales órganos de dirección partidista, tan radical como cabía esperar, introduce sangre nueva para reforzar los cuadros más comprometidos con las reformas económicas diseñadas por Deng Xiaoping.

De acuerdo con el periódico Wen Wei Po, editado en la colonia británica que será devuelta a China en 1997, una parte de los integrantes del Comité Central que abandonarán sus filas después de la sesión de clausura de hoy son ancianos revolucionarios achacosos o con serias dolencias, que difícilmente aguantarían a su edad jornadas de trabajo intensas. Otros serán retirados por ineficacia en el desempeño de sus funciones o por incompatibilidad, al ocupar cargos en ayuntamientos y administraciones locales.El diario indica que serán sustituidos por comunistas más jóvenes, y confirma las previsiones adelantadas en el informe central del XIV Congreso leído por el secretario general del partido, Jiang Zemin. Una generación de comunistas leales a la apertura económica comienza a instalarse en los centros de decisión, y los izquierdistas pierden influencia, aunque conservan una importante presencia, porque una de las máximas de Deng Xiaoping ha sido no adoptar decisiones que pueden provocar la escisión del partido.

Circunvalación informativa

Ninguno de los cambios adelantados en Hong Kong por ese diario ha sido confirmado por los portavoces del Congreso, pero la subordinación del rotativo al PCCh no permite abrigar dudas sobre la veracidad de su información. China se abre al mundo, pero la apertura se aplica allí donde conviene los intereses del partido. Para filtrar noticias sobre la reunión del Gran Palacio del Pueblo, varios cerebros con características chinas concluyeron que convenía establecer un pequeño desvío por Hong Kong y llegar indirectamente hasta los aproximadamente 600 periodistas que cubren el encuentro. Se ignora las razones que aconsejaron la circunvalación.

El Comité Central del PCCh tiene todavía un gran significado político, y su nueva composición, que puede ser anunciada hoy oficialmente, indicará definitivamente la correlación de fuerzas en el seno del partido y el grado de poder que conservan en las dos instancias los ve teranos más reaccionarios, para quienes la apertura económica conducirá indefectiblemente al capitalismo. Pocos dudaban de que aquellos que criticaron el proceso ideado por Deng hace 14 años serían apartados de los puestos de mayor responsabilidad para evitar el frenazo de un cambio que sigue expandiéndose. Dos de los ocho miembros del Buró Político que perderán su asiento, Yao Yilin y Song Ping, habían sido definidos por fuentes occidentales como ideólogos maoístas o defensores de la planificación centralizada.

La comunicación oficial de los cambios en el Comité Central revestirá la forma de un abandono voluntario de los protagonistas: renuncian a presentarse a la reelección. Analistas políticos reconocieron que la entrada en el Comité Central de 100 nuevos miembros constituye una "importante transfusión de sangre nueva". Se trata de una medida considerada de envergadura, porque la pertenencia a este órgano es requisito imprescindible para acceder a puestos de gobierno donde se ejecutan los planes reformistas.

El ministro de Cultura, He Jingzhi, enfermo de cáncer y clasificado también como nostálgico del pensamiento del Presidente Mao, es uno de los hombres que parecen haber perdido su escaño en el comité.